lunes, 25 de agosto de 2008

El Gigante Egoísta

Inspiradas en el modelo Wall-Mart del magnate Sam Wallton, las empresas que concentran el 70% de la propiedad del sector, tienen pendiente resolver varios problemas. De acuerdo a una investigación que sirvió de base a un duro informe de la Cámara de Diputados sobre las prácticas del mundo supermercadista, D&S y Cencosud aplican dumping laboral, tienen acusaciones de maltrato a sus trabajadores y cobran intereses exorbitantes a los usuarios de sus tarjetas de crédito.

Miguel Paz

Dos razones sociales, D&S y CENCOSUD, concentran el 70% del mercado del negocio supermercadista. Pero lo manejan con más de 160 razones sociales, para restringir la actividad sindical.

El documento de más de cien páginas incluido en el informe final de la Comisión (aprobado en la Cámara de Diputados) es una radiografía al retail y a las grandes cadenas de supermercados que detalla su modelo de negocios, calificado como heredero del empresario norteamericano Sam Walton (calificado como el “inventor” del supermercado moderno) y su cadena transnacional Wallmart, cuestionada en Estados Unidos por maltrato laboral reiterado y por haber barrido con el comercio minorista en las comunas pequeñas donde se instalaron locales de la cadena.

La pesadilla de los chicos
Las cadenas dominantes (Cencosud y D&S) se han caracterizado por ampliarse geográficamente hasta alcanzar la casi total dominación del negocio afectando al comercio minorista, aunque el proceso de concentración de propiedad no es exclusivo de las grandes cadenas de supermercados sino “una característica común a toda la actividad económica de nuestro país, donde el 1% de las empresas chilenas concentra más del 80% de las ventas totales nacionales”, señala la investigación.

El sector ha tenido una progresiva rentabilidad y emplea alrededor de 1,1 millones de personas.
Pero detrás de las cifras y los argumentos de generar sinergias y ahorrar costos con la promesa de precios más bajos para los consumidores, su expansión en las diferentes regiones del país ve “decrecer y morir toda la pequeña actividad comercial aledaña y la tendencia inevitable es el aumento de su participación en el comercio del área y el desaparecimiento definitivo de los comercios más pequeños”.

Algo que es rechazado por representantes de D&S, citados en el informe, que aseguran que un 51,02% de los abarrotes vendidos por la cadena son adquiridos a los proveedores agrupados en la Asociación Gremial de Industrias Poveedoras (AGIP). “Sin embargo –concluye el estudio- esta organización representa sólo el 1,43% de los proveedores, estando conformada por 29 grandes empresas, la mayoría trasnacionales”.

“La mayor parte de los proveedores está sometido a los arbitrios de los grandes supermercados, que les imponen los precios, reciben su mercadería sólo a consignación, les aplican gastos de administración, publicidad y ubicación en los escaparates, les traspasan los costos de las rebajas, liquidaciones o promociones, e incluso de aquéllos vinculados a derrames, pérdidas, antigüedad, obsolescencia o desestacionalidad cuando el producto no se vende. Se estima que entre el 20% y el 25% de los ingresos de los supermercados proviene de los pagos que reciben de sus proveedores”, asegura Gariazzo. Por lo mismo se calcula que 850 mil trabajadores de pequeñas y medianas empresas (Pymes) han quedado cesantes en los últimos cinco años.

El tema pasa, según un proveedor de la cadena Tottus, por exigencias difíciles de sostener en el tiempo para las Pymes. “Cuando abren un nuevo local, nos mandan una factura para financiarlo, sin consultarnos. Y cuando se les ensucia la mercadería la devuelven sin más. Es tremendo, pero uno tiene que aguantar y agachar el moño, porque si no nos quedamos sin nuestros principales clientes”, explica. Además los pagos a fecha, con períodos de espera de hasta 90, 120 y más días, pueden hacer colapsar los planes de pequeños proveedores. De hecho, en un informe sobre las Pyme citado en la investigación de la Cámara de Diputados “se indica que la mayor dificultad que enfrenta el sector no son las deudas tributarias y previsionales, sino las condiciones que imponen los grandes clientes”.

Dumping laboral y denuncias de maltrato

El modus operandi detrás del uso de diversas razones sociales, conocido como rutificación, usado en mayor medida por D&S, holding de propiedad de Nicolás y Felipe Ibáñez.


El uso de múltiples razones sociales ha sido cuestionado por Bernardo Matte, presidente de Colbún y miembro de uno de los tres grupos económicos más importantes del país. “No es razonable que una empresa tenga 150 RUT”, dijo en una entrevista de fines del año pasado, en directa referencia a D&S, compañía que tiene cien razones sociales más que Cencosud, de propiedad de Horst Paulmann.

Uno de los consultados contó que denominaban este modelo como “la santa yapa”, “porque se va un trabajador full time y llegan dos o tres part time por el mismo sueldo, lo cual debilita al movimiento sindical”.

El modelo part-time, establecido originalmente como una labor remunerada para estudiantes, asegura el informe, es usado en muchos casos para contratar con menor sueldo a empleados que han sido despedidos de los mismos supermercados. Si un recepcionista gana 441 mil pesos en Economax, el empresario lo despide y luego lo contrata por un sueldo de 180 mil pesos.

El trabajo de los empaquetadores, en muchos casos niños y jóvenes menores de edad que están en situación de precariedad laboral. En su agenda legislativa, el ministerio del Trabajo tiene un proyecto que buscará normar la contratación infantil para resguardar los derechos y deberes de los empaquetadores que apenas trabajan por la propina, sin resguardo ante accidentes laborales.

En síntesis, “al igual que en el modelo Wall-Mart, las cadenas nacionales señaladas pagan directa o indirectamente salarios muy bajos y externalizan a la comunidad costos laborales, de seguridad social, de desechos y desperdicios”, asegura la investigación. Es la cifra negra de las ganancias anuales, que la pagan trabajadores y clientes. Estos últimos son el otro eslabón de la cadena.

Tarjetas, cuotas y sobrendeudamiento

Como en la práctica los grandes del rubro funcionan como megamercados con operaciones a gran escala, que venden todo tipo de productos (vestuario, bicicletas, línea blanca, marcas propias, computadores), expandiéndose al negocio de los seguros, agencias de viajes y los servicios financieros, la competencia se hace virtualmente imposible para el comercio al detalle, debido a los bajos precios y la oferta indiscriminada de crédito para consumidores no aceptados por el sector bancario y que debido a sus bajos sueldos sobreviven a costa del endeudamiento.

Según el informe “las tiendas prácticamente obligan a los consumidores a tener tarjeta de crédito, amarrando a éstas promociones y rebajas o vinculándolas a otras compras. Las posee casi el 80% de la población consumidora y pagan tasas de interés anuales de entre 40 y 60%. (Pese a que) las cadenas reciben del sistema financiero créditos con tasas de interés como máximo de un 7% anual. Por lo tanto, aunque estas cadenas no vendieran nada, ya tendrían ganancias sólo por el costo del dinero”.

Además, se aplican cargos fijos por administración y mantención de las tarjetas de crédito de casas comerciales y supermercados “que fluctúan entre los $ 495 mensuales o $ 5.940 anuales y $1.706 mensuales o $ 20.472 anuales. Así mismo, la mitad de las tarjetas efectúan cargos por cada transacción o compra realizada”.


“Aunque su orientación primitiva fue netamente comercial, enfatizando la alta rotación de inventarios y la mantención de elevados índices de liquidez (privilegio del pago al contado), desde la década del 1980 el negocio del retail fue derivando hacia la venta a crédito y la obtención de ingresos adicionales por intereses y comisiones. Es decir, se evolucionó desde la actividad comercial hacia la financiera”, concluye la investigadora.

domingo, 24 de agosto de 2008

Las Dos Caras del Gobierno de Chile

Mano blanda contra un paro patronal de camioneros, pero represión brutal contra los estudiantes secundarios
por Ernesto Carmona
El gobierno de Michelle Bachelet se muestra blando con un paro patronal indefinido de camioneros que hace más de dos días obstruye la circulación de vehículos en las autopistas públicas y privadas del país, mientras las Fuerzas Especiales de Carabineros reprimía nuevamente el miércoles a miles de estudiantes que intentaron manifestar en el centro de la capital, en apoyo a sus demandas contra la educación pública con fines de lucro.

Mientras la fuerza policial reprimía el miércoles a los jóvenes que intentaban tomarse la principal arteria de Santiago, los camioneros completaban dos días obstruyendo impunemente las principales autopistas del país. Los estudiantes reciben palos, en tanto algunos policías colaboraban con los dueños del transporte para mantener el “orden vial”, mientras estos apedreaban, detenían y, en un gesto típicamente facistoide, obligaban a plegarse a su manifestación a las máquinas que se atrevieron a movilizar carga.

Las Fuerzas Especiales de Carabineros actuaron automáticamente en la Av. Alameda de Santiago, bajo una intensa lluvia, contra una manifestación convocada por el Colegio de Profesores, con participación de estudiantes secundarios y universitarios, deudores hipotecarios de Andha Chile y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Simultáneamente, cientos de vehículos de gran tonelaje permanecen amontonados en las autopistas, permitiendo la circulación por un solo canal, con tráfico lento y colas interminables a lo largo del país. Los dueños de camiones exigen que el gobierno rebaje el precio de los combustibles, mientras los estudiantes y profesores manifiestan contra una nueva Ley General de Educación que estiman no mejorará la calidad de la cuestionada educación pública.

Todo esto ocurre a escasas horas del entierro del director de Carabineros, general Alejandro Bernales, fallecido el jueves 29 de mayo junto a otras 11 personas en un accidente de helicóptero en Panamá. El gobierno y los medios de comunicación convirtieron al difunto Bernales en una suerte de mártir del deber y el patriotismo, en un exagerado show mediático de casi una semana. Uno de los pocos sectores que no enviaron condolencias por este deceso fueron las organizaciones mapuches que viven como en Palestina, con su territorio ancestral prácticamente ocupado por fuerzas de Carabineros.

Debilidad gubernamental

El gobierno intentó aplacar a los camioneros anunciando una inyección de mil millones de dólares a un fondo de estabilización del precio de los combustibles, pero los empresarios no levantaron su manifestación iniciada a la medianoche del lunes. Los camioneros presionan por la eliminación de un impuesto que grava en Chile a los combustibles derivados del petróleo.

El líder de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, Juan Araya, decidió extender indefinidamente el paro más allá de la medianoche de este miércoles, que era el plazo inicial de 48 horas, acatando la presión de los enardecidos camioneros. El paro está contribuyendo al aumento de los precios de los alimentos, los mercados de Santiago comienzan a exhibir escasez de abastecimientos y en algunos sectores de, país comienza a acabarse la gasolina, que tampoco puede transportarse. La prepopotencia de los camioneros deja en evidencia la debilidad del gobierno de Michelle Bachelet respecto al lumpen empresarial de los transportistas, en contraste con la mano dura contra los estudiantes que reclaman reformas, los mapuches que aspiran a sus tierras e incluso los cinematografistas que registran estas luchas, como le ocurre a la documentalista Elena Varela, quien se encuentra presa desde el 7 de mayo.

La prensa local informó que "los dirigentes de asociaciones gremiales de la Región de Coquimbo a Los Lagos, decidieron mantener de manera indefinida la movilización en protesta por el alza en los precios del petróleo”, citando al portavoz de los dueños de camiones, Javier Lazcano. "Las razones es que no tenemos ningún comunicado oficial, algo que sea concreto y claro, para que nosotros podamos desistir del paro", dijo un desafiante Lazcano.

La Ley General de Educación

Según el Colegio de Profesores, el paro contra la Ley General de Educación (LGE) tuvo un 90% de adhesión. La nueva ley es una iniciativa del gobierno que modificaría la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), una creación de última hora de la dictadura de Pinochet antes de abandonar el poder en marzo de 1990, pero dejaría intacto “el fin de lucro”, que fue la piedra angular de la llamada “revolución pingüina”, un prolongado conflicto estudiantil contra la LOCE que puso en jaque al gobierno de Bachelet a mediados de 2006. Para Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, los manifestantes buscan que el sistema educativo garantice “que cualquier niño tenga una educación de calidad y gratuita".

La nueva ley está siendo aprobada aceleradamente en el parlamento, donde el martes avanzó en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. "Nosotros hablamos de más de un 90% de adhesión al paro (...) hay una gran convocatoria, un gran respaldo y podemos decir que éxito total es esta convocatoria del magisterio", dijo Gajardo a La Segunda. La intensa lluvia que cae sobre Santiago no impidió que los estudiantes salieran a las calles a apoyar a los profesores.

"El gran propósito es tener mejor educación de calidad para los niños y jóvenes del país. Hay un gran espíritu de entrega de este magisterio de ponerse en la cabeza de un movimiento de defensa de la educación pública", agregó Gajardo a una radio emisora. Respecto a los “desórdenes públicos”, donde la represión del Estado contrastó con la impunidad del paro de camioneros que obstruye las principales carreteras públicas del país, el dirigente dijo que "no tendría que haber dificultades, nosotros nos haremos responsables de nuestros actos; nos vamos a centrar en nuestras demandas".

El último paro de camioneros en Chile, financiado notoriamente por EEUU, contribuyó de manera decisiva a la desestabilización del gobierno de Salvador Allende en los meses previos al golpe militar de 1973. La desfachatez de esta nueva versión del paro de los camioneros, resulta demasiado parecida a la movilización patronal de agricultores, con la reciente adhesión de los dueños de camiones, que afecta al gobierno de Cristina Kirchner en Argentina y a otras manifestaciones de subversión empresarial en América Latina.

viernes, 22 de agosto de 2008

A Cambiar el Modelo Económico

Flexibilidad laboral. Esa es la fórmula mágica que los economistas neoliberales proponen cada vez que el crecimiento se desacelera, el desempleo sube o la productividad no aumenta.

Sin embargo, el mantra de estos expertos está muy lejos de lo que sienten los trabajadores. Así lo refleja la Encuesta de Percepciones sobre Relaciones Laborales y Equidad elaborado por el Consejo Asesor Presidencial sobre Trabajo y Equidad liderado por el economista Patricio Meller.

El estudio se dio a conocer ayer, al cumplirse un año de la creación del organismo, en una conferencia en la que participaron las economistas Andrea Repetto y Alejandra Mizala.

El estudio revela que siete de cada diez trabajadores piensa que la normativa laboral vigente impone insuficientes restricciones a los empleadores lo que deriva en desprotección para ellos frente a la discriminación laboral, el despido injustificado y la existencia de trabajadores externalizados.

Al momento de evaluar el modelo económico, un 54% dijo ser partidario de cambiar el modelo, mientras un 31% dijo no ser partidario de ello. Un 64% dijo que el Estado debiera incrementar su participación en la economía y sólo un 13% dijo que ésta debiera disminuir. En la misma línea, más de 45% cree que debería aumentar sustantivamente el tamaño del Estado y sólo un 25% opina lo contrario.

Igualmente, "al plantear la opción entre más igualdad o más crecimiento, hay una clara preferencia por una mayor igualdad incluso a costa de un menor crecimiento", dijo Meller

AUTORIDAD SOCIAL

En la misma línea, el ministro del Trabajo Osvaldo Andrade, declaró la noche del miércoles que uno de los graves problemas que existen en el país son los desequilibrios entre la agenda económica y la agenda social, ya que no existe un actor sindical "que sea capaz de sostener y darle contenido y fuerza a esa vocación".

"En Chile tenemos una fuerte autoridad económica y no tenemos una fuerte autoridad social", dijo durante una conferencia organizada por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).

"La clave del éxito de un país es cómo la agenda económica se pone al servicio de la agenda social, y que ésta no ponga en riesgo la agenda económica", sostuvo, agregando que "el problema que hemos tenido en Chile es que ese equilibrio no ha existido".

Andrade aseguró que el Gobierno está por "revertir ese desequilibrio" entre los actores sociales, de tal forma que la relación entre los trabajadores y los empleadores pase de una relación "casi vertical" a una relación cada vez más "horizontal".

"Si no hay un actor laboral que sea capaz de sostener una agenda social seguimos manteniendo una situación de desequilibrio ( ) Por eso el gran problema de este país tiene que ver con la distribución y no con la riqueza", concluyó.

En ese contexto, el ministro anticipó que el Gobierno pretende lanzar este año o el próximo la "configuración de un gran sistema de formación sindical".

SINDICALISMO

En efecto, la encuesta entregada ayer revela que el 80% de los trabajadores considera que el sindicato es importante para conseguir un trato justo por parte de la empresa, mientras que un 70% piensa que esta instancia es fundamental para conseguir que los empleados tengan influencia en las decisiones que toman los empleadores.

De la misma forma, los consultados también valoran de forma positiva el papel de la negociación colectiva, ya que el 81% de los encuestados considera que se debería aumentar la capacidad de los trabajadores de negociar colectivamente con la empresa.

"Los trabajadores creen que los sindicatos cumplen un rol positivo y no necesariamente conflictivo... existe evidencia empírica que dice que la presencia de sindicato ayuda a reducir los conflictos. Hay que desmitificar las visiones tan polares que hay dentro de la sociedad chilena y que no corresponden a lo que estamos revelando en esta encuesta", afirmó Meller.

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Mundo laboral

La mayoría de los trabajadores chilenos valora su trabajo porque considera que le da oportunidades de aprender (57%) y para desarrollarse personalmente (45%), pero muchos (42%) no están de acuerdo con lo que ganan y varios (32%) temen perder su puesto en los próximos seis meses. La mayoría de los trabajadores también estima que está desprotegido de los despidos sin causa justificada (73,8%), frente al uso temporal de trabajadores part-time para reemplazarlos (68,9%) y frente a la discriminación laboral (67%); porque existen pocas restricciones legales para los empleadores en relación a esas prácticas. Aproximadamente, ocho de cada diez cree que el sindicato es importante o muy importante para conseguir un trato justo, mejorar los salarios y conseguir estabilidad laboral, pero sólo tres de cada diez consultados refiere que en su trabajo hay sindicatos. El 69% dice que en su empresa hay negociación colectiva y un 55% declara que los resultados del último proceso fueron buenos o muy buenos. Tal vez por eso, el 81% de los encuestados considera que “se debería aumentar la capacidad de los trabajadores de negociar colectivamente con sus empleadores”. Esa es una de las fotos que arroja la encuesta de percepciones sobre relaciones laborales y equidad que ayer dio a conocer el Consejo Asesor Presidencial.


Cesantía, búsqueda de empleo y salario mínimo

Más de la mitad de los encuestados que ha trabajado alguna vez (54,5%) dice haber encontrado su empleo actual a través de familiares o amistades. Esta tasa es aún mayor entre los trabajadores en las empresas más pequeñas, llegando a 72,5% en el caso de empresas de 1 a 9 trabajadores. Sólo un 10% de los trabajadores reporta haber utilizado alguna vez los servicios de las Oficinas Municipales de Intermediación Laboral (OMIL) y de aquellos que la usaron, un 40% consideró sus servicios al menos medianamente útiles. Un 93% responde no haber utilizado la Bolsa Nacional de Empleo. Un resultado similar se obtiene respecto del uso de Infoempleo, herramienta informática organizada por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence).

Los encuestados estiman que, de perder el trabajo -por renuncia, despido o cualquier otra razón-, pasarían alrededor de dos meses en el desempleo. Esta expectativa prácticamente no varía por edades, tamaño de la empresa en la que se desempeña, ni sector de ocupación. Esta expectativa respecto del desempleo concuerda con el tiempo que reportan llevar cesantes los encuestados desocupados (la mediana es de 8 semanas en desempleo). Sin embargo, existe una variación importante en las respuestas, con una cesantía de mayor duración entre las personas mayores de 30 años (12 semanas), y entre quienes residen en el Norte Chico (25 semanas) y en la zona sur del país (16 semanas).

Quienes buscan empleo y quienes están inactivos dicen estar dispuestos a trabajar por una remuneración de al menos $180.000 mensuales. Los más jóvenes requieren remuneraciones mayores ($200.000), al igual que quienes residen en el Norte Grande, el centro del país y en la RM.

lunes, 18 de agosto de 2008

La Usura

En tiempos antiguos se consideraba usura todo cobro de interés por préstamos de dinero y era una práctica condenada tanto por la doctrina cristiana como por el Islam. Con el progreso del conocimiento, se ha comprendido el valor económico del financiamiento y la legitimidad de devengar utilidades razonables. Así, la expresión “usura” pasó a significar el cobro excesivo de intereses. La mayoría de las legislaciones condena esta práctica como delito aunque varían los criterios para determinar los límites permisibles.
Ahora bien, pienso que intereses de hasta 50% anual o más, en una economía razonablemente estable y con inflaciones de un dígito, no puede llamarse de otro modo que usura. Esto, hoy en día, se da en Chile en diversas prácticas bancarias y en las ventas a crédito de las grandes tiendas.

Comencemos por los bancos. Sus utilidades son generalmente muy altas y se consiguen principalmente mediante cobros desmedidos. Un ejemplo son los desorbitantes intereses por las tarjetas de crédito. La necesidad de protegerse frente al riesgo de incumplimiento es un argumento altamente dudoso, porque la misma tasa se aplica a clientes con una larga trayectoria de cumplimiento puntual. Otro ejemplo es la costumbre de los bancos de aplicar infinitos cargos y comisiones. Lo que explica este estado de cosas es, a mi juicio, la conjunción de dos factores. Por una parte el desarrollo moderno de la función “gerencia de financias” a la cual se le fijan metas que se cumplen en la práctica estrujando a los clientes. Por otra parte, una regulación insuficiente.

Los cobros excesivos de las grandes tiendas por compras en cuotas son tanto o más usurarios. La noción británica de que le corresponde al comprador estar atento (let the buyer be aware) no se sostiene en sociedades de economías emergentes como la nuestra, donde todo incentiva el consumo, la transparencia es escasa y los clientes son más vulnerables.

¿Caminos de solución?
Mejor regulación de la función bancaria y de la usura oculta en las ventas a plazo, más transparencia y otorgar por ley a los consumidores la posibilidad real de emprender acciones judiciales o administrativas de efecto colectivo

viernes, 1 de agosto de 2008

Diferencias de hasta 700% en cobros por comisiones de bancos

Estudio realizado por la consultora Scan para el Banco Falabella sobre ocho instituciones bancarias, revela diferencias abismantes en el cobro por uso de cajeros automáticos y consulta de saldos. Cuando se trata de sobregiros no pactados la brecha es sideral: de $0 a $19.000. Sepa cuánto dinero le paga mensualmente a su banco.

Costo de cuenta corriente, de uso de tarjeta de débito, comisión por sobregiro, cobro por uso mensual de tarjeta de crédito, avances en efectivo, por giros y compras internacionales, transferencias vía Internet, pagos por hacer giros en cajeros de otros bancos y consultar el saldo de la cuenta corriente… ¿Sabe usted cuánto le cobra realmente su banco?

La última encuesta de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) sobre el valor cobrado por cada banco cuando una persona se sobregira más allá de lo pactado o revienta su línea de crédito es de 2007. Aunque la entidad regulatoria mantiene estadísticas comparativas sobre comisiones por avances y uso de tarjetas de crédito hasta marzo de 2008 y en lo relativo a costo de créditos de consumo, sus cifras están actualizadas a mayo, hacer el balance de qué banco es el más barato para su bolsillo se convierte en una tarea difícil.

El 25 de marzo el titular de la SBIF, Gustavo Arriagada emitió una circular estableciendo nuevas normas sobre transparencia en cobros por productos financieros con el fin de reducir asimetrías de información para que los consumidores puedan tomar decisiones fundadas a la hora de optar por un banco u otro. Entre los aspectos incorporados en dicha circular se incluyó la obligación de que las entidades bancarias remitan a sus clientes una vez al año “la información sobre las comisiones efectivamente cobradas”. En el caso de que “el cobro de comisiones esté relacionado con ciertos promedios, tales como, promedio de saldos mantenidos en cuenta corriente o compras con tarjetas de crédito, éstos deben ser informados junto con la cartola mensual”.

Aprovechando la emisión de la circular, a fines de mayo pasado el Banco Falabella lanzó una agresiva campaña publicitaria con el tentador eslogan “Nunca más pagues costos adicionales”. Sin mencionar el nombre de otros cuatro bancos con los que se comparó –lo que hace difícil para el consumidor saber cuál es el que cobra 100% más en planes de banca personas-, en sus avisos presentó un cuadro ofertando un cobro máximo mensual de $4.900 (más IVA) por su plan mensual de productos (cuenta corriente, línea de crédito, tarjeta de débito y crédito).

Ranking de comisiones

La información se basa en un estudio realizado por Scan, empresa de inteligencia competitiva creada en 1994 por Anita Holuigue (directora ejecutiva de Grupo Dial, vinculado a Álvaro Saieh, dueño de Corpbanca), efectuado entre los días 2 y 9 de mayo sobre información publicada por las instituciones financieras en sus sitios web, a raíz del cual el diputado DC Jorge Burgos pidió a la SBIF “informar debidamente a los usuarios, de manera clara y profusa, sobre los montos involucrados en estos cobros”.

Los ocho bancos analizados en el estudio son el Santander, el Chile, el BCI, el BBVA, el Scotiabank, el Falabella, BancoEstado y Corpbanca. Las diferencias entre los cobros de uno y otro son importantes.

Mientras que los que ofrecen los valores más bajos en promedio por planes de banca de personas son el Falabella (desde $0 a $4.999) y el BBVA ($0 a $5.998), el que más recarga por sobregiros no pactados es el BCI, con $19.194 por evento mensual, seguido del BBVA ($17.130) y Corpbanca ($16.995). Si se compara el que más cobra con el servicio sin costo del Banco Falabella, la diferencia porcentualmente hablando es sideral.

En cuanto a giros en cajeros automáticos de otros bancos, el Santander lidera la tabla. Cobra $700 por giro, después de la cuarta transacción, equivalente a un 700% más que Corpbanca, BancoEstado, Scotiabank y Banco Falabella, entidades que proveen el servicio de forma gratuita.

Pese a sus orientaciones básicas de cumplir un rol de inclusión social y ser una institución “con servicios financieros integrales, para que cualquier chileno, en cualquier lugar, pueda desarrollarse y emprender”, el BancoEstado encabeza el cobro de comisiones por transacciones realizadas por Internet: $400 es el precio de una operación efectuada a otros bancos. Le sigue Scotiabank, con $246. El resto no cobra por este ítem.

En consultas de saldo la cosa es más variada. BCI pide $1.599 (desde la 17ª consulta); el Santander recarga $700 cada vez que usted pide su saldo; $600 es lo que se embolsa BancoEstado; $500 el Banco de Chile si se requiere cartola por teléfono; en tanto Scotiabank solicita $400, si la solicitud se hace en el mesón.

Según el estudio de Scan, el único que no cobra comisión por uso de tarjeta de crédito, avances, ni hace cargos por giros nacionales e internacionales, tampoco cuando se efectúan compras en el extranjero, es el Banco Falabella. El documento, sin embargo, no presenta información, en las áreas citadas del BancoEstado ni del Scotiabank, por tanto no se puede asegurar de que es el único cero costo. En cambio, sí detalla las diferencias con el resto de las entidades.

Por uso mensual de tarjeta de crédito, Banco Santander registra $640 de comisión; $560 Corpbanca; el BCI $519; $500 el Chile; y $430 el BBVA. En comisión por avances en efectivo de tarjeta de crédito, Corpbanca es la institución que cobra más ($3.199), le sigue muy cerca el Santander, con $3.190; BCI, con $2.595; y cierran los bancos de Chile y BBVA, con $2.199.

La brecha se amplía cuando se trata de cobros de comisión por giro nacional en cuotas de tarjeta de crédito. Aquí, Corpbanca lleva la batuta: $9.997. En segundo lugar está el Banco Santander. Su comisión es de $9.990, ambos muy por encima de los $2.595 que cobra BCI y los $2.799 que exige el Chile.

Todas cifras que sirven como antecedente para que usted se haga una idea de lo que está pagando o decida descargar el siguiente documento que le servirá para hacer sus cálculos.