jueves, 27 de septiembre de 2007

Mi sueño de Chile

Hoy, hace 100 años, nació el cardenal Raúl Silva Henríquez. Su legado sigue vigente. En esta página se entrega un artículo preparado por él a comienzos de los ’90 y también dos valoraciones de su aporte al progreso social de nuestro país.

Me preguntan por el país que sueño o que deseo.
Y debo decir que mi deseo es que en Chile el hombre y la mujer sean respetados.
El ser humano es lo más hermoso que Dios ha hecho.
El ser humano es "imagen y semejanza" de la belleza y la bondad de Dios.
Quiero que en mi patria desde que un ser humano es concebido en el vientre de una mujer, hasta que llegue a la ancianidad, sea respetado y valorado.
De cualquier condición social, de cualquier pensamiento político, de cualquier credo religioso, todos merecen nuestro respeto.
Quiero que en mi país todos vivan con dignidad.
La lucha contra la miseria es una tarea de la cual nadie puede sentirse excluido.
Quiero que en Chile no haya más miseria para los pobres.
Que cada niño tenga una escuela donde estudiar.
Que los enfermos puedan acceder fácilmente a la salud.
Que cada jefe de hogar tenga un trabajo estable y que le permita alimentar a su familia.
Y que cada familia pueda habitar en una casa digna donde pueda reunirse a comer, a jugar, y a amarse entrañablemente.
Quiero un país donde reine la solidaridad.
Muchas veces ante las distintas catástrofes que el país ha debido enfrentar, se ha demostrado la generosidad y la nobleza de nuestro pueblo. No es necesario que los terremotos solamente vengan a unir a los chilenos.
Creo que quienes poseen más riquezas deben apoyar y ayudar a quienes menos poseen.
Creo que los más fuertes no pueden desentenderse de los más débiles.
Y que los sabios deben responsabilizarse de los que permanecen en la ignorancia.
La solidaridad es un imperativo urgente para nosotros. Chile debe desterrar los egoísmos y ambiciones para convertirse en una patria solidaria.
Quiero un país donde se pueda vivir el amor.
¡Esto es fundamental!
Nada sacamos con mejorar los índices económicos o con levantar grandes industrias y edificios, si no creemos en nuestra capacidad de amar.
Los jóvenes no nos perdonarían esa falta.
Pido y ruego que se escuche a los jóvenes y se les responda como ellos se merecen. La juventud es nuestra fuerza más hermosa. Ellos tienen el derecho a ser amados. Y tienen la responsabilidad de aprender a amar de un modo limpio y abierto.
Pido y ruego que la sociedad entera ponga su atención en los jóvenes, pero de un modo especial eso se lo pido y ruego a las familias.
¡No abandonen a los jóvenes!
¡Escúchenlos, miren sus virtudes antes que sus defectos, muéstrenles con su testimonio un estilo de vivir entusiasmante!
Y por último, quiero para mi patria lo más sagrado que yo puedo decir: que vuelva su mirada hacia el Señor. Un país fraterno sólo es posible cuando se conoce la paternidad bondadosa de nuestro Dios. He dedicado mi vida a esa tarea: que los hombres y las mujeres de mi tierra conozcan al Dios vivo y verdadero, que se dejen amar por él y que lo amen con todo el corazón. Quiero que mi patria escuche la Buena Noticia del Evangelio de Jesucristo, que tanto consuelo y esperanza trae para todos.
Este es mi sueño para Chile y creo que con la ayuda de María, ese sueño es posible convertirlo en realidad.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿DE QUE FAMILIA ME HABLA?

Gonzalo Vial
Nos han sorprendido y alarmado las violentas manifestaciones nocturnas del 11 de Septiembre.
Algunas autoridades (por ejemplo, me parece, el subsecretario del Interior) y esos lectores que suelen escribir a los diarios, preguntarían después por las familias de los vándalos —casi niños o francamente niños— que aquella jornada mataron a un policía uniformado, e hirieron gravemente a otro medio centenar.

¿Dónde estaban los padres de los hechores, cuando caían los carabineros enfrentando una lluvia de balas, bombas molotov y piedras ?
¿Dónde, al momento que los negocios, modestos negocios de barrio, eran incendiados y saqueados, y la turba juvenil arrasaba tantos otros bienes públicos y privados?
¿Qué hacían, qué habían hecho, para controlar a sus hijos delincuentes?
Y sin embargo, la respuesta es simple. Esos padres, esas familias no se encontraban allí ni en ninguna parte... para efectos prácticos, no existían. Porque el Chile de hoy, sobre todo el popular, prácticamente carece de familias regularmente constituidas.
Aquella ‘‘de libreta’’ (pues no estamos hablando de matrimonio religioso), que ampara y cohesiona a padre, madre e hijos comunes, es aquí una especie en extinción.
Esto se debe a tres causas fundamentales:
1. A que el ‘‘progresismo’’ no tiene el menor interés en la familia tradicional. Amplifica y distorsiona de tal modo el concepto de ésta, que pierde todo significado y se hace completamente inútil. Puede así ser ‘‘familia’’ la pareja homosexual que cría un gato.
Seres humanos perfectamente respetables, no debe sin embargo aplicárseles un nombre que no les corresponde.
La familia real, institución de dos mil años en nuestra cultura, la forman un hombre y una mujer que viven juntos, se ayudan, tienen hijos, los crían y educan, y solemnizan la seriedad de su compromiso celebrando matrimonio, una segunda institución milenaria.
Ambas han presidido casi todo lo bueno que se ha hecho en Occidente.
Pero el progresista reclama un derecho que cree superior a aquel compromiso: la libertad sexual de ambos cónyuges. Les confiere, pues, el ‘‘derecho’’ a que cualquiera de ellos deshaga la unión cuando le parezca. Y eso, inevitablemente, respecto del que ejerce ese ‘‘derecho’’, destruye la familia que formó. No respecto del otro cónyuge, quien podrá mantenerla —con inmensas dificultades, no sólo económicas sino afectivas— si no sigue el mismo camino y los hijos viven con él. Pero el padre que, habiendo roto matrimonio y familia, no vive con los hijos, no es un padre completo, por su culpa.
Y los hijos que no viven con ambos padres —salvo el caso de los huérfanos—, no son hijos completos, sin ninguna culpa. Esta es la enorme desgracia de quebrar un matrimonio y una familia.
No se trata de juzgar a nadie en particular, ni de pontificar sobre su caso específico, cuyas complejidades apenas pueden ser entendidas, quizás, por los protagonistas, ni de negar posibles excepciones. Tampoco se trata de que la ‘‘libreta’’ sea un certificado de buen matrimonio.
Pero la regla general es la explicada y —por mucho que se irriten los progresistas, cuya característica básica es un individualismo anárquico— la sociedad debe atender a las reglas generales.
Recuerdo un spot de TV del Arzobispado, que enfatizaba los mayores problemas de todo orden que sufren los hijos de matrimonios deshechos... un lugar común sicológico. Pero un grupo de sacerdotes montó en cólera. ‘‘Se ofendía’’ a aquellos muchachos, dijeron.
Nunca sirve esconder la verdad de las cosas, y ella ‘‘hace libres’’ a las personas, no las ofende.
El efecto del progresismo matrimonial en el pueblo chileno ha sido espantable. Desde luego, económicamente. Si el 30% de los hogares gana menos de 250.000 mensuales (encuesta CASEN 2006) ¿habrá en ese 30% muchos varones que con suma tal mantengan dos o más mujeres y los hijos respectivos? Ruptura del matrimonio y de la familia popular, es miseria.
Y eso que hablamos de los hombres que proveen EN ALGO a la subsistencia de los hijos que abandonan. Pero los hogares que son mantenidos por ‘‘mujeres solas’’ aumentan sin cesar . En el Censo de 2002 eran 471.000, 31,5% del total, 6,2 puntos porcentuales más que diez años antes. Y la cantidad y porcentaje siguen subiendo.
Cada vez son más, por ejemplo, las madres primerizas NO CASADAS. El año 1986, eran el 42,1%, proporción ya alta; el 2004 fueron el 72,7% (La Tercera, 12 de enero de 2007).
Esto indica que de la cultura popular van desapareciendo ‘‘marido’’ y ‘‘mujer’’ —los retrógrados de la libreta—, reemplazados por la ‘‘pareja’’... el paradigma sexual de los progresistas.
Entre los pobres chilenos, la pareja masculina es el gallito, el ‘‘macho’’, un semental temporero, que viene y se va cuando quiere; que provee poco o nada; que no tiene ninguna responsabilidad respecto a la mujer; para el cual los hijos anteriores de ésta (que comúnmente lo odian) carecen de la menor importancia y son, también comúnmente, objetos de violencia o aun de abuso sexual; y los hijos propios no están mucho mejor...
¡Este es el ‘‘padrastro’’/pareja que, se supone, va a arriesgarse sacando al hijo de su conviviente de la balacera y los destrozos nocturnos!
¿O se pedirá que lo haga la infeliz madre/conviviente, o sola, que apenas junta con qué parar la olla de todos, a menudo trabajando por una paga mísera, para lo cual debe viajar dos o tres horas diarias de ida, y las mismas de vuelta... y en el Transantiago?
¿Será ella quien salga de noche, entre las balas y las molotov, y a la única luz de los incendios... mujer sin marido a la desesperada busca de sus hijos sin padre?
Bajemos a la tierra, a la realidad.
2. A que el progresismo, como no le importa nada la familia verdadera, tampoco la protege en nada. Conservar el matrimonio, tener hijos, criarlos, educarlos... en Chile no significa ningún beneficio.
Incluso PERJUDICA.
Ejemplos:
—Los casados, aunque estén separados totalmente de bienes, si conservan cualquiera de éstos en comunidad, deben presentar declaración conjunta de impuesto a la renta global complementario. Es decir, declarar como si fuesen una sola persona. Con lo cual, por ser el global un impuesto progresivo, PAGAN MÁS. No sucede lo mismo con los meros convivientes que tienen bienes comunes. Declaran en forma separada y pagan menos.
—Ser casado no da ninguna ventaja en la postulación a subsidios del Estado para adquirir viviendas sociales. Al revés, el matrimonio sólo puede postular a UN subsidio. Los convivientes pueden, actuando separadamente, optar a DOS subsidios.
3. A que el progresismo no sólo abandona la familia verdadera, sino que —consciente o inconscientemente— la persigue, propiciando legislaciones, regulaciones o campañas que conducen a destruirla o impedir que se constituya.
Ejemplos:
—La norma reglamentaria que permite a una mujer de 18 años, casada, sin hijos y analfabeta, exigir de los Servicio de Salud la esterilización SIN NECESIDAD DE CONSENTIMIENTO NI CONOCIMIENTO PREVIO DEL MARIDO.
—La permisividad e incluso la estimulación y banalización del sexo adolescente. El afiche de la penúltima o antepenúltima campaña oficial del SIDA, exhibido en todos los microbuses, mostraba a una escolar DE UNIFORME haciendo propaganda del condón, contra un fondo que describía las diversas posturas del coito. Y el afiche 2007 de la misma campaña —que el Ministerio de Salud pide que los colegios difundan— contiene la foto de dos travestis (una ‘‘familia’’, supongo) mirándose romáticamente, con la leyenda: ‘‘Diferentes miradas... diferentes amores’’.
Por supuesto, el sexo adolescente conduce a la maternidad adolescente, que excluye como regla generalísima el matrimonio y la familia. En Chile, el 17% de los nacimientos anuales corresponde a madres de 15 a 19 años, para 11% de las cuales es el segundo parto. Y casi el 2% del total de nacimientos al año es de madres MENORES DE 14 AÑOS (La Tercera, 12 de enero de 2007).
—La ley de divorcio, que al establecer la disolución del vínculo por repudio unilateral, después de tres años de abandono, elevó este crimen social—dejar botados a cónyuge e hijos— a la estupefaciente categoría de CAUSA LEGITIMA PARA DISOLVER EL MATRIMONIO.
Podría pensarse, cínicamente, que los pobres chilenos usarán poco el divorcio, pues cada vez se casan y casarán menos. Pero es la señal la que importa... la señal que dio el legislador: que matrimonio y familia son desechables.
A aquella señal fatídica concurrió, no debe olvidarse, la Democracia Cristiana, que desde su fundación y durante casi setenta años había tenido la indisolubilidad del matrimonio y el rechazo al divorcio como punto esencial de su doctrina. ¿Se recordará este ‘‘hito’’en el próximo Congreso Programático de octubre? Y tampoco sería justo olvidar que los tres años de abandono eran cinco, y se rebajaron a tres gracias al voto, que rompió un empate, de un senador RN. Ni que varios parlamentarios de estas tiendas políticas —¿ingenuidad? ¿tupé?— dijeron que aprobaban la ley de divorcio en el entendido de que pronto habría una eficaz ley de Tribunales de Familia. ¡Tribunales de Familia!
De esta manera, van desapareciendo de Chile, y especialmente de los sectores más modestos, el matrimonio y la familia. Ya casi son idénticos en número los nacimientos anuales dentro y fuera de matrimonio, que en 1990 eran respectivamente dos tercios (dentro) y un tercio (fuera). R.I.P. al matrimonio y a la familia ‘‘con libreta’’. Pero, cuando menos, no seamos descarados... después de destruirlos, no les echemos la culpa del desenfreno de los hijos sin padres ni hogar.

COMENTARIOS
Vial sabe perfectamente que en los sectores populares el matrimonio nunca ha sido la constante. Esa imagen que señala que en Chile, en un pasado imaginado, predominaba el matrimonio y que el "progresismo" los habría destruído es históricamente falsa (Vial, en columnas anteriores ha mostrado cierto respeto por Salazar, por lo que puede haber leído "Ser niño huacho en la historia de Chile).
Si hacia mediados de siglo XX el matrimonio en estos sectores aumentó, fue producto de políticas estatales que limitaban los beneficios sociales a los matrimonios constituídos, esto como una forma de estimular este tipo de unión. Una de las consecuencias no deseadas de esas políticas fue la odiosa e injusta diferenciación entre hijos legítimos y naturales (curioso eufemismo).Por otra parte, en Chile y en el mundo disminuye el matrimonio, no la familia.Por ultimo, el que se quiera casar que lo haga, nadie se lo impide. El que se casó y se quiere divoricar que lo haga también, de igual forma que quienes hemos decidido forma una familia y no se nos ha pasado por la cabeza casarnos.
Eso es simplemente libertad.
Posteado por: Renato Gazmuri

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Atroz falta de equidad

Ricardo Lagos hizo construir el Penal Cordillera, donde un puñado de violadores de DDHH disponen de 45 gendarmes como mozos, mientras en las cárceles los presos comunes se hacinan en condiciones denigrantes, otra prueba de que a la Concertación le interesa muy poco la equidad.
Muchas opiniones han surgido tras la detención del prófugo violador de los derechos humanos, general Raúl Iturriaga Neumann y su transitoria reclusión en el Penal Cordillera. Este hecho puso en el ámbito de la discusión política la existencia misma de este penal, cárcel especial diseñada para que cumplan sus condenas los altos oficiales violadores de los derechos humanos. Esta Cárcel ha sido calificada por el abogado defensor de los derechos humanos, Nelson Caucoto, como "hotel de cinco estrellas" y por el Director Ejecutivo de Amnesty International como "privilegio inaceptable".
Esta cárcel es una institución que muestra la debilidad del proceso de justicia en los casos de las violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la dictadura militar entre 1973-1989. Estos violadores siguen conservando sus rangos y sus abultadas pensiones. En los procesos, las Fuerzas Armadas financian a los mejores y más caros abogados defensores, de manera que resulta la paradoja de que el Estado los procesa con los recursos normales y al mismo tiempo una de sus instituciones (el Ejército) los defiende con recursos excepcionales. En alguna medida esta situación explica que los procesos duren 20 o más años y en muchos casos no terminen nunca y sólo unos pocos de los imputados sean finalmente condenados. Pero la condena tiende a ser lo más suave posible y en el caso específico del Penal Cordillera hay especial consideración para los condenados.
En este Penal, ubicado al interior de un establecimiento militar, sólo hay siete u ocho condenados, que disponen de cinco bungalows, que incluyen dormitorios, baños, cocinas y sala de estar. Cada una de estas viviendas dispone de teléfono y TV cable. Las casas están en un parque con cuidados jardines y salas de juego, cancha de tenis y barbacoa para los asados que les preparan a los condenados al aire libre. Es el único penal del país que tiene más gendarmes (45 guardias) que presos, para poder mantener los servicios que se les otorgan a los condenados. Además pueden recibir a sus familiares y amigos con muy pocas limitaciones, diariamente de 10 a 17 horas.
En el Penal Cordillera hay más de 6 gendarmes (6,4) por cada preso. Si esta misma tasa se aplicara a los otros penales del país sería necesario tener 281.139 gendarmes, lo que es superior al total de los funcionarios de toda la Administración Central de Chile y sería necesario contratar más de 250.000 gendarmes adicionales.
Las personas que eran detenidas por la DINA o CNI (policías secretas de la dictadura) eran conducidas a recintos secretos donde eran torturados permanentemente. En la Villa Grimaldi (que hoy es el Parque de la Paz) los detenidos debían permanecer en celdas de 70 por 70 centímetros y de un alto de 2 metros. Allí debían estar durante 22 horas al día, y sólo eran sacados para hacer sus necesidades o para ser torturados. En esa celda se ponía a dos o más presos políticos en cada celda y era imposible tenderse para dormir, de manera que había que estar hincados o de pie en forma permanente durante días o semanas.
Después de permanecer en estos recintos tiempos variables, generalmente de varios días, semanas o meses, los presos tenían diversos destinos: algunos fallecían o morían en las torturas y sus cadáveres eran ensacados con un riel de fierro amarrado al cuerpo y desde helicópteros eran lanzados a alta mar. Otros, que quedaban vivos, pero maltrechos, eran conducidos a campos de concentración o recintos ilegales de prisión. Finalmente, algunos eran dejados en libertad, por lo general heridos, quebrados o con daños irreversibles, en cualquier lugar para escarmiento de la población. Otros eran enviados a los recintos carcelarios normales y eran procesados por leyes dictadas por la misma dictadura., lo que significaba en todos estos casos, largos períodos de varios años de prisión como procesados o condenados.
Actualmente hay 176 penales de diverso tipo en el país y una población carcelaria 44 mil presos, 18 de estos recintos están calificados como "malos" y se necesitan 4 mil gendarmes adicionales para las 10 cárceles en construcción y para superar el actual déficit de dotación. El costo mensual de cada preso se estima en $500.000 (unos mil dólares), pero el Penal Cordillera tiene costos que deben ser 10 veces más porque se tiene más gendarmes que presos y además hay que considerar que implica un costo adicional para el Ejército, ya que es un recinto ubicado dentro de un recinto militar, lo que implica que muchos servicios que se otorgan a los uniformados también llegan a los condenados de este recinto,
Con esta exposición intentamos mostrar que la equidad o igualdad no se limita sólo a la situación económica de los habitantes en genera, sino que se manifiesta en muchos otros aspectos, ya que los que gozaron de privilegios durante toda su vida, siguen gozando de ellos, aun cuando hayan sido procesados y condenados por crímenes de lesa humanidad.
Los derechos de esos presos deben ser garantizados, porque esa es la naturaleza de los derechos humanos y no puede haber excepciones. Pero también, por su misma naturaleza, los violadores de los derechos humanos deben sufrir sus condenas en situaciones de equidad, es decir en penales similares a los que actualmente existen para los delincuentes y criminales comunes, sin ningún agravante, pero también sin ningún privilegio.
El Penal Cordillera fue creado durante el gobierno del socialista Ricardo Lagos, medida criticada por muchos sectores incluyendo jueces de la Corte Suprema. El Director de Gendarmería ha anunciado que ya no se enviarán más violadores de los derechos humanos a ese recinto e incluso el general Raúl Iturriaga Neumann, que estaba prófugo, cuando fue capturado fue enviado a ese penal, pero se le trasladó a otra cárcel que tuviera mayor seguridad para impedir otra fuga. Sin embargo, sólo se ha indicado la posibilidad de cerrar el Penal Cordillera, sin que hasta ahora haya una decisión específica sobre el tema, lo que significa mantener los privilegios de estos presos.