domingo, 19 de octubre de 2008

¿Por qué “El diario de Agustín” ahora?

Por Fernando Villagrán*

El nombre de Agustín Edwards está en la historia económica y política de Chile desde comienzos del siglo XIX y desde 1875 asociado a la propiedad del diario “El Mercurio”, fundado en Valparaíso algunas décadas antes. Agustín Edwards Ossandón, Agustín Edwards Ross, Agustín Edwards Mc Clure, Agustín Edwards Budge y Agustín Edwards Eatsman, cada uno con sus particulares talentos, han dado continuidad, a través de dos siglos, a una dinastía de hombres de fortuna, activos en los negocios, la política y la prensa.

Agustín Edwards Eatsman fue el heredero de un poder que lo llevó a transformarse, a comienzos de los años setenta, en cabeza del tercer grupo económico más importante del país. Después de una historia no exenta de contradicciones y vaivenes de la línea editorial de “El Mercurio”, al calor de la emergente historia democrática de Chile, a mediados de los años sesenta la creciente cadena de medios liderada por Agustín Edwards Eatsman asumió el liderazgo de las posiciones más conservadoras que se resistían al cambio de la sociedad chilena y asociaban esos intentos mayoritarios a la influencia del comunismo internacional, en el marco de la desatada guerra fría. En ese contexto, el diario combatió con fiereza la reforma agraria que ponía fin al injusto e ineficiente latifundio y demonizó una reforma de las universidades que apuntaba a la democratización de las anquilosadas estructuras que las regían y a cambios de los planes de estudio en una sociedad que pujaba por abrir puertas y ventanas a las mayorías excluidas y postergadas de los beneficios económicos y culturales y de la participación política y social.

El ataque furibundo de “El Mercurio” a la movilización de los estudiantes de la Universidad Católica conoció extremos inéditos, provocando la respuesta de los jóvenes reformistas -que contaban con el apoyo del cardenal Raúl Silva Henríquez en sus propuestas renovadoras- que instalaron en el frontis de la Alameda el cartel: “CHILENO, EL MERCURIO MIENTE”, el que de acuerdo a la historia que vendría ha quedado como un sello emblemático y vigente por más de cuatro décadas.

Baluarte de la llamada campaña del terror en contra de la candidatura presidencial de Salvador Allende, con epicentro en Estados Unidos como se demostraría luego hasta la saciedad en documentos desclasificados, tras su elección el 4 de septiembre de 1970, Agustín Edwards viajó a Washington.

En uno de los últimos documentos desclasificados de la CIA se lee el mensaje del Secretario de Estado Henry Kissinger al Presidente Nixon: “Agustín Edwards ha huido y llega aquí el lunes. Me voy a reunir con él el lunes”.

Las platas que obtuvo generosamente en su gestión directa ante los políticos más poderosos del mundo sirvieron al negocio del diario que tuvo en los años posteriores como su gran objetivo estimular el derrocamiento del gobierno de Allende. Edwards movió hilos desde el país del Norte y celebró el golpe militar a la distancia, regresando a Chile cuando la dictadura de Pinochet estaba bien consolidada y la DINA demolía a sus opositores.

En esa historia y en la que sigue hasta hoy, cuando la ya crecida cadena de medios que lidera el propietario de “El Mercurio” es un poder incólume y aparentemente incontrarrestable en la sociedad chilena, se inscribe el documental “El diario de Agustín”, que registra la indagación de un grupo de jóvenes periodistas egresados de la Universidad de Chile que realizan sus memorias de título esclareciendo la responsabilidad directa del diario en episodios de criminales violaciones a los derechos humanos.

Con frescura y valentía los jóvenes periodistas se adentran en sucesos de tiempos que no vivieron y revelan entramados silenciados durante décadas por el mismo diario a diferencia de otros actores protagónicos de los años más críticos de la vida nacional –incluidas las fuerzas armadas- que han asumido sus cuotas de responsabilidad en la destrucción de la democracia y sus dolorosas secuelas. La cadena de “El Mercurio” disfruta de una comodísima y glamorosa impunidad, asentada en los años 80 y luego al llegar la democracia en un salvataje económico de la quiebra propiciada generosamente por las autoridades de la época, acrecentando su influencia de poder transversal en el país, la que a veces –como devela la historia de esta película- reviste la forma de un temor inconmensurable a sufrir su castigo o censura en las páginas de la cadena de Agustín Edwards.

“¿Cómo pudimos vivir 30 años de silencio”, se preguntó el ex Presidente Lagos cuando se conoció el Informe Valech sobre prisión política y tortura. El mismo informe es explícito en el rol cómplice que le cupo a la prensa en esos hechos y “El diario de Agustín” se sumerge en aquellas espesas e ingratas aguas, las mismas que llevaron al Colegio de Periodistas, a mediados de 2008, a pedir público perdón por la participación de medios y colegas en criminales montajes tramados por los servicios de seguridad de la dictadura.

Hace más de 40 años el líder de los estudiantes reformistas de la Universidad Católica, Miguel Angel Solar, protagonizó un memorable debate público con el entonces Director de “El Mercurio”; pero ahora, cuando los jóvenes investigadores de “El diario de Agustín” quisieron sólo entrevistar, y por el medio que él eligiera, al dueño del diario, se encontraron con su negativa absoluta.

Es el silencio para eludir la necesaria cuenta con la historia a que se deben todos los actores públicos, más aún los que inciden en la formación de opinión ciudadana autocalificándose como “diariamente necesarios”.

Por eso y mucho más que podrá concluir cada uno a partir de lo que cuenta “El Diario de Agustín” es que nos pareció necesario realizar esta película. Porque este quinto Agustín Edwards es quizás más poderoso y relevante de los que antes llevaron el mismo nombre y apellido, con su protagonismo de cerca de medio siglo en la vida política, económica y cultural del país, la pregunta podría ser por qué no se hizo antes. La respuesta la intentan los jóvenes periodistas Eli, Hans, Claudio, Paulette, Pepa y Raúl en sus memorias de titulación. Ahora la palabra la tienen los espectadores.

sábado, 11 de octubre de 2008

El egoismo, el lucro, etc...: Razón de ser del capitalismo!!!!

Crisis del Capitalismo: Hacia el Fin de la Era Neoliberal
Marcel Claude

Capitalismo y Codicia

El capitalismo otra vez está en crisis. Los medios frenéticamente anuncian el Apocalipsis financiero now, resucitan las viejas tesis de la crisis terminal del capitalismo, esa que muchos pensadores de izquierda han pronosticado por generaciones, el Fondo Monetario, Soros, economistas de todos los rincones del planeta se adelantan a sugerir que ésta sería una de las peores crisis que haya enfrentado el capitalismo.

Pero, quizás, antes de ello deberíamos partir reconceptualizando el sistema capitalista, cuál es su esencia y su razón última: el alfa y omega de tan cuestionado sistema. Muchos lo entienden como la empresa privada o la propiedad privada, la explotación del hombre o el gobierno de la derecha, las teorías de Adam Smith o de Milton Friedman, la ley de la oferta y la demanda o la “mano invisible”.
Sin embargo y para ir mucho más al núcleo fundamental, aunque en todas esas caracterizaciones haya parte de la verdad, el sistema capitalista es en esencia un orden político, social y económico que se sustenta en la búsqueda del lucro para todo capital que pueda obtener una rentabilidad.
Es decir, obtener un beneficio mayor por sobre la inversión y de allí, atesorar ganancias sobre ganancias. Es decir, los valores que mueven al mundo capitalista son nada menos que esos viejos y desacreditados pecados capitales como la avaricia -afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas- o la codicia -afán excesivo de riquezas. El orden mundial está sustentado -hoy más que en ninguna otra época- sobre este tipo de comportamientos que no provienen precisamente del conjunto de virtudes humanas –siempre tan escasas- sino más bien de sus antípodas.

Podrán ser desacreditadas las tesis de Smith o Friedman y podrán desaparecer la propiedad privada, la economía de mercado y los gobiernos de derecha, pero si continúa el lucro como razón de ser de la sociedad humana, seguirá prevaleciendo el capitalismo y se encontrarán las instituciones adecuadas para su realización.
El lucro es en definitiva -y en simples palabras- la verdadera razón de la crisis actual. Así lo entiende profundamente la Presidenta Bachelet quien se permitió decir esto ante las naciones del mundo. Bien por ella, pero, podría también decirle eso mismo a las AFP chilenas, a los grupos económicos que en Chile depredan el medio ambiente y explotan a los trabajadores debido a su insaciable codicia.
Mal que mal, Chile es el paradigma del capitalismo salvaje y la tierra donde la avaricia y la codicia campean a su antojo, así como medraron las bestias en el principio de los tiempos.

En la actualidad -y en términos macroeconómicos- el capital tiene dos grandes ámbitos para realizar ganancias: la economía real y/o la economía financiera.
Si invertimos en plantar tomates, debemos esperar el tiempo de cosecha que no será nunca antes de seis meses. La alternativa es el mundo de las finanzas. Hoy por hoy, en ese mundo ya casi virtual, los tomates se cosechan de la noche a la mañana y los árboles crecen en fracciones de segundo.
¿Nada mal no?

En la actualidad y gracias a las características del sistema financiero global, es posible ganar mucho más -y en más corto tiempo- que en actividades reales y vamos a ver la razón de esto.

En todo caso, si a la codicia como valor supremo de la humanidad capitalista le añadimos las características actuales del mercado financiero, vamos a comprender mejor las causas de la crisis actual:
¿Para qué vas a ganar 100 si puedes ganar 500?
¿Para qué vas a producir leche si puedes comprar instrumentos financieros que rentan mucho más?
El primer problema es que los instrumentos financieros no se comen y los tomates sí, ; el segundo problema es que cuando se invierte el dinero en acciones o instrumentos financieros, se deja de invertir en la producción de leche o de trigo y, en consecuencia, hay menos actividad económica, menos empleo, menos leche y más hambre, más desempleo y más pobreza.
Según Lynn Walsh, editor de la revista Socialism Today, durante el período 1980/90, los capitalistas aumentaron sus ganancias a través de la intensificación de la explotación de los trabajadores, pero, la inversión de capital ha caído a niveles históricos. Es decir, ha habido un excedente de ganancias no invertidas en la creación de bienes de capital para la producción real y este excedente ha sido una de las principales fuentes de dinero que se ha introducido en el sector financiero.
Esto es precisamente lo que ha ocurrido en las últimas décadas.
No son pocos los especialistas que afirman que hoy la economía capitalista, en su conjunto, no es nada más que un enorme casino, en donde los ricos del mundo van a jugarse el ahorro y la riqueza del planeta: algunos perderán, pero otros van a ganar y mucho.
Mientras tanto, el ahorro de los trabajadores que ponen sus fondos de pensión en las AFP y que éstas a su vez arriesgan en los mercados financieros, se va distribuyendo etapa por etapa: una parte para las utilidades de la AFP; otra para pagar las comisiones de los operadores financieros que transan las acciones o instrumentos financieros que la AFP compra; y una no despreciable porción para sustentar los costos de operación –luz, agua, arriendos, almuerzos, viajes, materiales para oficinas lujosas, etcétera- y los sueldos de los ejecutivos de bancos y fondos de inversión que transan esos instrumentos financieros.
Todo ello con una promesa altamente riesgosa de incrementar el fondo para su pensión, es decir, con una alta probabilidad de que no sea cierto.
Si se materializa, bien para el trabajador, para los operadores financieros, los bancos y la AFP, si no, mal solo para el trabajador, puesto que la AFP ya cortó su parte, los ejecutivos de los bancos ya recibieron sus salarios, los costos de operación ya se pagaron y las comisiones ya se cobraron.
Todo ello con los fondos que se les obliga a los trabajadores a proveer para sus futuras pensiones. Así como los trabajadores que ponen sus fondos previsionales en una AFP, también hay otras personas que ponen sus ahorros en bolsas de comercio y fondos de inversión que corren la misma suerte.

Datos estremecedores que permiten sustentar estos argumentos: el sector financiero ha sido el de más rápido crecimiento en la economía mundial. A principios de los ochenta, el total de activos financieros (acciones, bonos, préstamos, hipotecas) era aproximadamente igual al Producto Interno Bruto mundial (PIB), es decir, igual a toda la riqueza del planeta.
Al final del 2005, era equivalente a 3,7 veces el PIB mundial, es decir, casi cuatro veces la riqueza global, lo que significa que no hay suficientes aviones, tomates, zapatos, trigo y leche, en el mundo, para hacer efectivo el valor de todos los activos financieros. Unos cuantos hombres de negocio tienen en sus manos la riqueza del planeta que se produce hoy y que se producirá en los próximos 4 años.


Vemos claramente cómo la avaricia se ha desplegado por el mundo sin cortapisas y cómo ello ha desviado una riqueza gigantesca de la producción real y útil, tangible o intangible, para sustentar una orgía miserable y cruel de lucro y acumulación, mientras el desempleo, la pobreza, el hambre y la desigualdad cunden como reguero de pólvora.
Dato curioso y francamente insultante: para combatir la hambruna que aqueja a más de 800 millones de personas, las naciones del mundo recolectaron 16 mil millones de dólares, mas, para resolver la crisis financiera del Wall Street el gobierno estadounidense asignó 700 mil millones de dólares –amén de todos los gastos que ya ha hecho ese país y otros del mundo desarrollado que suman una cifra similar-, es decir, 44 veces más para continuar el desenfreno absurdo de Wall Street que para enfrentar el hambre de los más necesitados .
¿Perro mundo no?

El Detonante de la Crisis: las Hipotecas Subprime

Como se ha repetido hasta el cansancio, a esta crisis se le ha denominado la crisis subprime y dice relación con préstamos hipotecarios que hizo la banca norteamericana a personas que eran incapaces de hacer frente a sus obligaciones. Como sabemos, en el año 2001 hubo otra crisis financiera conocida como la “burbuja Internet” que se desarrolló debido a la entrada exitosa en las bolsas de comercio de las empresas de Internet -en Estados Unidos con Yahoo y Amazon y en España con Terra- gracias a las elevadísimas expectativas de negocio que se basaban en proyecciones demasiado optimistas en cuanto al número de usuarios que se iban a captar.
Pues bien, éstas no se materializaron, lo que llevó a la caída del financiamiento y fue causa de otra crisis de liquidez. Entonces, la Reserva Federal –el Banco Central de Estados Unidos- para aportar liquidez al sistema hizo caer en dos años el precio del dinero desde un 6,5% a un 1%, lo que constituyó un fuerte incentivo para expandir el crédito, dado el bajo costo que la Reserva Federal le cobraba a los bancos y a los fondos de inversión por el dinero prestado. Esto favoreció el mercado inmobiliario y contribuyó a que, en 10 años, el precio real de las viviendas se multiplicara por dos en Estados Unidos, gracias a la mayor demanda que la disponibilidad de préstamos favorecía.

Durante años, las tasas de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido considerablemente bajas, podemos entender la necesidad de los bancos por aumentar la oferta de créditos para compensar la disminución de sus márgenes de ganancia que significaba la caída de la tasa de interés.
La racionalización lógica de la expansión de créditos inmobiliarios a personas insolventes era muy simple: como son más riesgosos, les cobramos más interés y si pagan, bien, pero si no pagan nos quedamos con las casas cuyos precios considerablemente más altos nos permitirán recuperar el dinero prestado y ganar un excedente. El error es obvio, los precios de las casas estaban siendo empujados hacia arriba, entre otras cosas, por el aumento de los créditos hipotecarios de mala calidad que hacían subir la demanda y, en consecuencia, el precio y la oferta futura de casas. Es decir, un boom inmobiliario artificialmente construido.

El aumento en el número de operaciones de los bancos, no lo podían solventar cos sus propios recursos, por lo que, gracias a la Globalización que mantiene en línea a todos los mercados financieros del mundo, pudieron recurrir a la banca internacional para obtener los fondos necesarios.
Esto, en virtud del mercado interbancario -que es donde los bancos se prestan dinero unos a otros. Sin embargo, con ello debilitaban el cumplimiento de las llamadas Normas de Basilea que le exigen al banco un capital no inferior a un determinado porcentaje de sus activos –en los que se incluyen los préstamos que otorgan. Eso fue precisamente lo que estaba ocurriendo: el aumento en los créditos hipotecarios de alto riesgo les hacía quebrantar dichas normas.
Para salvar la situación, los bancos actuaron implementando dos operaciones articuladas mutuamente: primero, creando los denominados conduits, que consisten en filiales de los bancos bajo la forma jurídica de fondos de inversión que, gracias a la normativa hoy vigente, no estaban obligados a mostrar balances consolidados con los bancos que los habían creado y que pertenecían al mismo dueño; segundo, creando la llamada “Titulación” que consiste en la invención de un nuevo instrumento financiero que no es nada más que un paquete de deudas hipotecarias, en los que se mezclaban tanto las prime como las subprime.
En consecuencia, ahora el banco tenía un conjunto de nuevos instrumentos que se denominaban MBS (Mortgage Backed Securities) y que consistían en un conjunto de obligaciones garantizadas por la hipoteca de los inmuebles y que no eran más que canastas que agrupaban créditos de distinta categoría de riesgo.

Con estos dos inventos financieros, el banco hacía que los fondos de inversión (sus conduits) compraran dichos instrumentos MBS y de esa manera lograba reducir mágicamente la vulnerabilidad en su cartera de créditos y aumentar la relación entre su capital y los créditos otorgados. Esto porque le vendían su cartera de clientes a sus fondos de inversión. Lo absurdo es que el banco y los fondos de inversión le pertenecían al mismo dueño, pero, de esa manera lograban cumplir con las Normas de Basilea. A su vez, estos fondos de inversión, mediante los créditos interbancarios conseguían los recursos para comprar los MBS y, por otra parte, vendían estos MBS a otros fondos de inversión, sociedades de capital de riesgo, aseguradoras, financieras, sociedades patrimoniales y administradoras de fondos de pensión.
Para que todo esto pudiese operar “limpiamente” se requería del apoyo de las clasificadoras de riesgo, es decir, tenían que ser bien evaluados por las agencias de rating, que califican en función de la solvencia de los instrumentos financieros.
Para ello procedían a una nueva “Titulación” o reestructuración, esta vez de los MBS, creando nuevos paquetes pero de MBS que se denominaban tranches. Aquellos con mayor probabilidad de pago eran reclasificados en categoría AAA, es decir, con el menor riesgo, los más solventes. Estos MBS ordenados en tranches fueron rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations), es decir, deudas colaterales pues se apoyaban en las características de otras deudas. El cuento sigue, puesto que con estos CDO creaban otros instrumentos como los CDS (Credit Default Swaps) ofreciendo más y más intereses sobre deudas hipotecarias de dudosa credibilidad.

Los deudores hipotecarios se dieron cuenta que estaban pagando por sus casas más de lo que ahora costaban y no pudieron o no quisieron seguir pagando sus deudas. Automáticamente, nadie quiso comprar MBS, CDO o CDS, y quienes ya los tenían no pudieron venderlos.
Pérdida total.
La crisis de credibilidad se instaló inmediatamente y los bancos debieron recurrir, una vez más, a los prestamos interbancarios, pero, o no conseguían créditos o lo hacían a tasas muy altas. En consecuencia, se produjo la temida crisis de liquidez, es decir, no había dinero, por lo que no se otorgaban créditos ni hipotecas, caía la demanda de las empresas constructoras, caía el precio de sus acciones en bolsa, empezaba a subir la tasa de interés y los deudores habitacionales empezaban a pagar más por la deuda, a las empresas menos solventes se les cerraba el acceso al crédito, los bancos se quedaban sin recursos y empezaban a vender acciones, bonos, edificios, y todo esto empezaba lentamente a repercutir en los precios y la demanda global, por lo que comenzaba a aumentar el desempleo, la inflación y a caer toda la actividad económica real.
Es decir: recesión.

Si queremos superar este régimen que genera pobreza, marginalización, depredación del medio ambiente tendremos que hacer muchos esfuerzos para entender su funcionamiento y sus crisis.Ello no es fácil!

viernes, 19 de septiembre de 2008

Hay que Detener Esta Locura

Me propongo compartir con ustedes un análisis comparado de los resultados que publica Codelco y los que publican las mineras privadas. Los chilenos vamos a tener que meternos en estos temas; necesitamos comprenderlos, porque para decirlo con franqueza, estamos haciendo el loco. Estamos siendo despojados de nuestra principal riqueza.

Aquí hay un puñado de agentes de las empresas mineras que han manejado y que manejan las políticas mineras del país, a espaldas de todos nosotros.

En torno a este tema se da el caso de corrupción más flagrante que exista en nuestro país. Es mucho más grave que la corrupción, por decirlo así, al menudeo que se denuncia con relación a otras partes, porque en la corrupción al menudeo hay mecanismos democráticos para controlarla. Pero para esta corrupción en gran escala, los mecanismos democráticos básicos, como la oposición, en este caso fallan, porque en esta corrupción están involucrados la oposición y el gobierno.

Hay que decirlo con toda claridad: las mineras privadas financian las campañas tanto de la oposición como del gobierno, y eso permite, por ejemplo, que haya grupos transversales, como el que hace algunos días firmó una carta, pidiendo la privatización del Codelco. Casi todos ellos son agentes de las empresas mineras; o sea, están ahí con nombres y apellidos.

Ellos dirigen Codelco, dirigen la política minera del gobierno y trabajan para las mineras. Evidentemente, el resto de los chilenos esta situación no la podemos tolerar. Es como mucho, porque las cifras involucradas son demasiado grandes. Lo que se llevan estas empresas, y Orlando lo mencionó, equivale a lo que el Estado gasta en previsión, salud y educación, todo junto. Y se lo llevan básicamente tres empresas, que son las que controlan la mitad de la producción de todo el país. Una de ellas, Escondida, controla el 30%, igual que Codelco, y con dos más que se le suman, se llega a la mitad de toda la producción de cobre.

Con estos dineros le estamos financiando a la mayor de estas empresas, la anglo-australiana BHP Billiton, la más grande de mundo, el control total del mercado del cobre y del hierro. Resulta que esta empresa está comprando a la tercera del mercado, Río Tinto, y los que estamos pagando la cuenta somos nosotros. Es nuestro dinero, nuestro cobre, lo que está pagando lo que se llevan y lo que nos pertenece. Sumadas ambas empresas llegan a una capitalización de mercado cercana a los 500 mil millones de dólares.

Esto está inflado por el precio del cobre, que no va a seguir en los niveles actuales. Digamos que hay una burbuja especulativa en eso, pero hoy el valor de mercado de estas dos empresas suma 500 mil millones de dólares. Es decir, estamos financiando el crecimiento de estos gigantes. Para que se hagan una idea, el valor de mercado de Microsoft es de 230 mil millones de dólares, y el de IBM, poco más de cien mil. Lo más grave del monstruo que se está creando, es que va a controlar el mercado del hierro. Y contra quién compite en el mercado del hierro. Compite con Vale de Río Doce, empresa que pertenece al Estado brasileño. O sea, los chilenos estamos financiando al competidor de una empresa de un país que es nuestro aliado natural, le estamos ayudando a controlar el mercado del hierro. No sólo nos hacemos el harakiri, sino también se lo hacemos a nuestro principal aliado en América Latina. Es una política insensata por donde se la mire y no puede continuar así.

Revertir esto es uno de los elementos básicos de una política nacional, y es algo que va a ocurrir en los próximos años. De hecho, está ocurriendo en todos los países que tienen recursos naturales. Todos han renegociado sus contratos, y las empresas lo saben. Rusia ha recuperado prácticamente todos los recursos naturales que Yeltsin entregó a las trasnacionales. Sin embargo, las trasnacionales siguen operando en Rusia.

Venezuela renegoció recién todos sus contratos con las multinacionales del petróleo y las multinacionales siguen operando en Venezuela. Bolivia ha renegociado los contratos con todas las multinacionales que operan con el gas, y las multinacionales siguen operando ahí, pero bajo condiciones razonables. Nigeria ha renegociado los contratos con las multinacionales, es decir, es evidente para cualquiera, también para estas empresas, que una situación como esta no puede seguir, y que por lo tanto es un tema que está absolutamente en el tapete. Es una de las tareas que debemos enfrentar y para eso es necesario que entremos al detalle de algunos aspectos.

El punto que quiero mostrar es que el análisis de los balances de las empresas que están entregando información respecto de sus resultados, muestra que no son veraces. Esto surge de una manera bastante clara del análisis de los balances. Las empresas mineras ganaron 18 mil 990 millones de dólares en 2006, de acuerdo a sus propios balances. O sea, en un año recuperaron toda la inversión que hicieron todas las mineras privadas desde 1974 hasta 2006.

En 2007 superaron eso también. O sea, en un año recuperan todo lo que invirtieron en treinta. El precio del cobre, expresado pesado en toneladas es de seis mil dólares por tonelada, seis mil setecientos en 2006. Por supuesto, es el mismo precio del cobre para Codelco y las empresas privadas.

En este momento, la producción de Codelco es de un millón y medio de toneladas. La de las empresas transnacionales es de 3,7 millones de toneladas; o sea, están produciendo mucho mas que nosotros. Ahora fíjense que cosa tan sorprendente es lo que arrojan los resultados, que en el caso de Codelco, sí sabemos que son fidedignos.

Codelco gana por cada tonelada de cobre que produce seis mil cuatrocientos ochenta dólares. Pero cómo es esto, si el precio de venta es de seis mil. O sea, más o menos lo mismo. En otras palabras, o Codelco gana sobre el precio de venta o no tiene costos. Vean lo que es el negocio del cobre en Chile: es un negocio que no tiene costo, porque resulta que todo lo que se vende, queda como utilidad. Ustedes dirán, este señor está loco porque todo tiene costo, porque es obvio que hay maquinarias, que hay sueldos. Veamos como es la cosa. Si está en el balance de Codelco. Aquí dice que gana seis mil cuatrocientos ochenta dólares por cada tonelada de cobre que produjo, en circunstancias que aquí también dice que el precio es seis mil setecientos.

¿Cómo se explica esto? Se explica por esta línea que ustedes ven aquí. Resulta que Codelco recibe mil novecientos setenta y nueve dólares por el valor de los subproductos por cada tonelada de cobre que produce, y esto es entonces lo que le paga todos los costos.

Fíjense ustedes qué interesante es esto: el negocio del cobre es tan bueno en Chile que sacar el cobre, refinarlo procesarlo y transportarlo sale gratis, porque resulta que junto con el cobre que se saca, viene el molibdeno, la plata, el oro y todas esas cosas que salen de yapa. Y la yapa que sale es tan grande, que nos paga todos los costos de hacer el hoyo, de moler el material, de transportarlo, de pagarle a los viejos, de los camiones, de la fundición, de la refinación, del transporte y de la comercialización, que no es poco en el caso de Codelco, porque harta plata se gasta en cosas que no se ven. Bueno, todo eso lo pagan los subproductos, y queda neto el precio del cobre como ganancia.

Este cuadro, referido a la información proporcionada por las empresas privadas, muestra que al parecer nos están haciendo lesos con el resultado que declaran, sobre el cual pagan sus impuestos. Fíjense ustedes qué cosa más rara. Codelco saca seis mil cuatrocientos ochenta dólares de utilidades por cada tonelada de cobre que produce, y resulta que las mineras privadas sacan cinco mil no más. O sea que Codelco, que ustedes han oído que es una empresa muy ineficiente, una empresa muy antigua, una empresa que tiene minerales de más baja ley, saca mayores utilidades por tonelada de cobre que lo que sacan las “eficientes” empresas mineras privadas. La mayoría de ellas no publica cuánto saca por sus productos.

Pero hay una que sí publica sus resultados, que es La Escondida. Fíjense aquí, que saca ciento veintidós dólares en subproductos por tonelada de cobre producido. En cambio, Codelco mil novecientos sesenta y nueve dólares por concepto de subproductos, por cada tonelada de cobre producido. Yo les pregunto a ustedes ¿será tan distinto el mineral que explota Escondida del que explota Codelco? Claro, Escondida exporta concentrado y lo exporta a una filial y esa filial es la que saca los subproductos. Es esa filial la que le dice, mire, había sólo ciento veintidós dólares en subproductos. Entonces la implicación obvia es que con estas cifras, que como digo son publicadas por la propia compañía, las autoridades deberían estar investigando a estas empresas, de arriba a abajo porque esto es completamente inconcebible.

Es verdad que Codelco es una empresa más antigua, es verdad que tiene costos laborales mayores, es verdad que tiene un gasto administrativo muy superior, que otras no tienen. Es verdad que Codelco tiene yacimientos con leyes que son la mitad de las otras; es verdad que tiene procesos de producción más complicados. Entonces, es mentira que las mineras privadas estén ganando menos que Codelco, que al menos sabemos que hace bien sus cuentas. Este análisis lo habíamos hecho antes para el periodo 1998-2005 y demostró que efectivamente Escondida durante toda su vida ha cargado costos de refinación con su filial a precios más altos que los de mercado y que ha vendido el cobre a precios más bajos que los del mercado.

Eso quedó demostrado en ese estudio.

Esas son las cosas que claman al cielo.

Esas son las cosas que tenemos que entrar a cambiar.
Por Manuel Riesco

Única Solución: Renacionalización

Quiero compartir con ustedes un comentario de un profesor chileno que está en EE.UU., que por petición de Noam Chomsky, nos solicitó un documento sobre el cobre. Él dice: “le acabo de echar una ojeada y sólo puedo decir que la indignación es tanta que ni siquiera puedo concentrarme para escribir este par de líneas. Todo lo que ustedes denuncian es increíble, pero más increíble es cómo se oculta todo de la opinión pública. Hace como cuatro meses que no me fumo un pucho, pero voy a tener que salir a comprarme una cajetilla para calmarme un poco”. Se trata de un profesor chileno de una universidad norteamericana, que se está informando permanentemente de lo que pasa en Chile.

El gobierno de Michelle Bachelet ha enfrentado los problemas y los movimientos sociales con los recursos de un porcentaje mínimo de lo que aporta el cobre. Sin esos recursos, la sociedad chilena estaría en una situación bastante crítica, incluso desde el punto de vista de una situación de explosión social.

El cobre es nuestra principal riqueza natural. Su exportación representa un 60% del total exportado. Chile tiene un 0,5% del territorio mundial y el 40% de las reservas mundiales de cobre. Para entender la importancia internacional que ello significa, la OPEP produce el 37% de la exportación nacional de petróleo y Arabia Saudita el 11%. La OPEP son 11 países. Chile, como un solo país controla el 36% de la producción de cobre. Las exportaciones de petróleo de Venezuela alcanzan 51 mil millones de dólares. Las exportaciones chilenas de cobre constituyen el 71% de las exportaciones del petróleo de Venezuela, con datos del 2006. El petróleo en México es muy importante. Fue nacionalizado en fecha bastante anterior a la nacionalización del cobre y las exportaciones de PEMEX son menores que las exportaciones chilenas.

Ustedes saben que la nacionalización del cobre se hizo con una Reforma Constitucional, y no sólo por una ley. Allende plantea al Congreso que esa situación es tan importante para Chile, al punto que va a significar una segunda independencia, que tiene que quedar establecido en la Constitución.

La decisión soberana de nacionalizar el cobre por vía de la Constitución, se apoya en resoluciones de Naciones Unidas, que establecen que los recursos naturales deben estar bajo formas soberanas y servir en beneficio de los pueblos y de los estados donde están esos recursos; y que la vulneración de eso puede crear dificultades internacionales.

La nacionalización del cobre ha sido lo más importante desde el punto de vista económico, social y político del siglo XX, y sin embargo por una simple normativa, que la dictadura denominó concesión plena, eso se revirtió. José Piñera definió la concesión plena aún con mejores características que la propiedad privada. Es realmente increíble. El propio Piñera dice “me concentré un mes a estudiar las legislaciones de la historia y en la situación contemporánea y he descubierto la forma de disolver el nudo gordiano”. Así entrega en propiedad privada los yacimientos, a pesar de que la Constitución dice que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo e imprescriptible de todas las minas.

Radomiro Tomic dijo que la concesión plena fue tramitada y aprobada en secreto, bajo el supuesto absoluto e irremediablemente erróneo de que el progreso científico y tecnológico llevaría al cobre a un metal sin valor, por lo que Chile debe apresurarse a extraer y exportar la mayor cantidad posible en el menor tiempo, para lo cual es indispensable ofrecer las garantías y privilegios que sean necesarios al gran capital internacional. Esa es la toda justificación detrás de la propuesta de José Piñera.

No existe legislación minera en el mundo como la concesión plena, en la cual se privilegie y garantice, y se mejore, los derechos al titular del dominio privado, sin plazo de término, irrevocable, inmodificable y en caso de expropiación, con pago del valor comercial del yacimiento, no sólo de las inversiones, sino también el pago de los flujos futuros. O sea, Chile tendría que pagar los yacimientos de cobre, incluyendo los subproductos, hasta el momento en que se agoten. Además, dice Radomiro Tomic, la concesión plena faculta al concesionario para hacer lo que quiera, con los socios que quiera y cuando quiera, con los derechos que ella le asegura sobre el mineral, que retira gratuitamente. Puede venderla, arrendarla cederla, aportarla, hipotecarla o transmitirla en herencia.

Se ha llegado a estos extremos por estimar que el cobre será un metal obsoleto.

En esa época estaba muy presente la historia del salitre. El cobre tiene una situación totalmente diferente. Casi todos los energéticos se convierten en energía eléctrica. La energía eléctrica tiene que ser distribuida necesariamente por cobre como uno de los conductores principales. Tomic señaló que quien controla el cobre, controla Chile, y dijo también que Codelco quedará arrinconado. Cómo negar que quién controla el cobre controla Chile. Controla todo el proceso minero industrial, y eso es lo que ha pasado realmente. El programa de la Concertación decía autonomía y soberanía nacional en el cobre, y daba una serie de elementos en relación a la producción, al precio, al valor agregado, a la defensa de Codelco, al desarrollo de la ciencia en Chile. Pero en la realidad pasó lo contrario.

Durante la dictadura se crearon las condiciones jurídicas para el ingreso del capital extranjero; pero el riesgo de hacer esa inversión era muy grande. Incluso asesores chilenos de las empresas extranjeras recomendaron que no se hicieran en ese momento. Es en el período de la Concertación cuando se hace cerca del 85% de las inversiones extranjeras en la minería. El programa de la Concertación decía que había que aumentar la producción en forma regulada, en función de las condiciones de mercado. Pero, en lugar de eso, se pasó de niveles de millón y medio de toneladas anuales, a cinco millones. Chile se demoró 90 años para producir un millón y medio de toneladas en el siglo pasado, y después, sólo en seis años, se incrementó la producción en una cantidad similar a la que se había incrementado en 90 años. Ese es el período en que se genera la sobreproducción mundial de cobre desde Chile, con una baja profunda y prolongada del precio.

En 1997 las empresas extranjeras controlaban el 4,5% y Codelco controlaba el 100% de la gran minería, que es la que cuenta. En 2006, las empresas extranjeras controlan el 70%; ahora ya es el 71,5%. Esta es una situación increíble.

Chile ha aumentado su participación en el mercado mundial. En los documentos del gobierno, del ministerio y de Codelco se señala esto como un gran éxito. Sube de 13% en 1980, a 35% en el mercado mundial. Pero Codelco, que había aumentado su participación a 13,3% en 1990, empieza a disminuir hasta 11% en 2006, y las extranjeras que operan en Chile aumentan su participación de 2,1% en 1980, a un 24,2% en 2006. Es decir el incremento que se presenta de Chile es de las empresas extranjeras, que incluye todo el incremento, más lo que disminuye Codelco.

En Chile existió como historia aplicada, con diferentes énfasis por los diferentes gobiernos, que en Chile debería refinarse todo el cobre y empezar la manufactura. Sin embargo, la producción de concentrados de cobre de las empresas extranjeras pasa del 27,4% en 1990, al 54% en 2006. Por tanto, estas empresas no tienen fundición ni refinería. El concentrado de cobre, que tiene sólo 30% de mineral y el resto es tierra, es la forma fundamental de producción de estas empresas. Entonces, cuando se hace un balance comparativo con Codelco, su costo tiene que ser mayor porque tiene fundiciones y refinerías. Eso ha modificado fundamentalmente la situación chilena. De las exportaciones totales de concentrado de cobre, las empresas extranjeras exportan el 88% y el 12% lo exporta Codelco.

En Chile hubo un aumento de la producción mayor al aumento de la demanda mundial, y eso bajó profundamente los precios del año 1996 a 2003, con un promedio en torno a 60 centavos. En esa época hicimos una serie de trabajos donde planteábamos la necesidad de que Chile ajustara la producción a las condiciones del mercado mundial, o sea no producir más que la demanda mundial. Después de mucha discusión, eso se aceptó. Las empresas extranjeras y Codelco acordaron disminuir la producción, y la estatal formó un stock regulador.

Los precios de inmediato empezaron a subir, adicionalmente con un incremento de la demanda de China. Las más beneficiadas fueron las empresas extranjeras y esto no es novedoso. Se lo hemos dicho incluso a la Presidenta de la República.

Nosotros estimamos que en 2006 las empresas extranjeras obtuvieron utilidades de 20 mil millones de dólares, con datos del Banco Central. Para entender esto hay que hacer una relación entre las ventas globales y los costos. Ellos informan un poco menos de 19 mil millones de dólares de utilidades, considerando depreciación e intereses. O sea, las utilidades de un año son mayores a las inversiones extranjeras brutas en la minería chilena de 1974 a 2005, que suman 19 mil millones. O sea un año de utilidades amortizó inversiones de 32 años. Son las inversiones que han permitido la desnacionalización del cobre. En un año se financian, o cubren, todas las inversiones. Las empresas realizan inversiones y empieza el proceso de depreciación, en el caso del cobre en forma acelerada. Es un retiro de capital por desgaste. Si hacemos la operación, la inversión extranjera neta, todo con datos oficiales 1974-2005, es la mitad de la inversión bruta, es decir, cerca de 10 mil millones de dólares. Por lo tanto, las ganancias del grupo extranjero en el cobre son el doble de las inversiones netas.

Además, si hacemos un análisis adicional, gran parte de las inversiones ha sido con reinversión de utilidades del año anterior. Los 20 mil millones de dólares en ganancias el 2006 equivalen al 17 % del PIB; al 75 % del Presupuesto del Estado y son más de 2 veces los presupuestos conjuntos globales de los ministerios de salud y educación, y mayores a la suma del PIB de Bolivia y de Paraguay.

Estas ganancias se deben a que se apropian de la renta minera, que es el valor del recurso más las ganancias normales, y también a que se apropian de una parte de la masa salarial, porque esas empresas ocupan mucho trabajo de empresas contratistas y subcontratistas. O sea, ahí hay parte de salarios chilenos que ha pasado a las ganancias. Pero lo fundamental está en la renta minera, que tiene que ver con el precio. Los errores fundamentales son, primero, que el cobre iba a ser obsoleto. Es un error tremendo que marca toda la historia reciente.

Segundo, a pesar de que Chile tiene una participación del 36%, mayor o similar a la de la OPEP en los mercados correspondientes, es tomador y no formador de precios, debido a que el neoliberalismo entiende que los mercados funcionan libremente. El tercer error es estimar el precio futuro deliberadamente bajo en los presupuestos nacionales. Estaba fijado en 90 centavos de dólar. Ahora que está a 3,50 dólares, es posible que lo suban de 125 a 140. Nuestros trabajos demuestran que hay un cambio de los términos de intercambio desde una situación desfavorable a una situación favorable, en el caso de energéticos y metales. No es una cosa de ahora y va a ser un cambio histórico, o sea, va a haber muy buenos precios.

Nosotros planteamos renacionalizar el cobre y un control democrático y transparente de Codelco. La renacionalización tiene que ser impulsada por un proceso creciente de captar la renta, y posiblemente captar también la propiedad de algunas empresas y yacimientos. En realidad, la desnacionalización del cobre ha sido posible con la complicidad de los dirigentes políticos y de la mayoría de los centros de estudio de universidades tradicionales. Algunos dirigentes dicen que no quieren ser parte de esa estrategia cómplice. Por nuestra parte, denunciamos esto como el robo del siglo XX y del siglo XXI. Codelco debería ser transparente y eficiente y Chile tiene que ir a la renacionalizacion del cobre.


Por Orlando Caputo

Consignas Justas Pueden Alcanzar una Fuerza Extraordinaria

El problema del cobre está absolutamente claro. No es necesario agregar más datos a los que ya se han dicho. Es un tema fundamental para el país, que es necesario tratar como tal y ese es un gran desafío. Tenemos que convertir el cobre en un tema nacional, y quiero recordar que la nacionalización del cobre fue obtenida después de décadas de pelear por lograrlo. No surgió de la nada.

Esto nace de dos proyectos de ley, uno de los senadores comunistas Lafferte y Ocampo y otro de Salvador Allende. Así se fue gestando un movimiento muy grande por la nacionalización del cobre, que culminó en un cuadro políticamente favorable, que fue el período de la Unidad Popular. Entonces, de ahí sale la lección de que es posible transformar consignas justas, nacionales, en grandes movimientos que involucran a todo el país, y esa es la cuestión.

Luego, para resolver esto, tenemos que trasformar el problema del cobre en un gran problema nacional. Si no somos capaces de hacerlo, vamos a seguir sacando las cuentas que estamos sacando, pero con un agravante. A medida que pasan los años la expoliación de Chile va creciendo. Esto no se revierte para atrás, no recuperamos lo perdido. Creo que esa es una primera conclusión, que este es un tema trascendente.

Una segunda conclusión es que es un tema determinante en la marcha de la economía chilena. Las cifras que han dado Orlando y Manuel lo muestran: el cobre es fundamental para los ingresos que recibe el país en materia de comercio exterior. En los últimos años, el cobre representa más de la mitad de todos lo ingresos de divisas de Chile. Si tomamos el punto de vista de los ingresos fiscales, en Chile hay un debate sobre el presupuesto, acerca de qué se hace para el año 2009. Ahí la clave es el precio del cobre. Y ahí hay una situación muy absurda, tan absurda como todo lo absurdo que aquí se ha dicho. En Chile pasa a ser ahorro, o sea no es gasto, si el precio del cobre es superior a un dólar treinta y cinco. Esa es la cifra del año 2008, y el año pasado era un dólar veintiuno. O sea, si el precio del cobre o la libra del cobre esta sobre eso, todo se guarda. Eso es lo que explica que se haya acumulado un ahorro fiscal gigantesco.

Se calcula que al finalizar este año va a ser de 31 mil millones de dólares. Eso hay que sumarlo a las reservas internacionales del Banco Central y a los fondos de pensiones invertidos en el exterior. Chile se da el lujo, en este momento, de tener alrededor de cien mil millones de dólares afuera. O sea, Chile ha pasado a ser un país que está aportando al ahorro mundial.

Preguntémonos quién recibe el ahorro mundial, porque se van juntando hechos aberrantes. El ahorro mundial es captado fundamentalmente por EE.UU. Es decir, es el resto del mundo el que está financiando a EE.UU., la mayor potencia económica del mundo, que tiene un nivel de ahorro interno muy bajo. De ahí pueden sacar la conclusión de que cualquier aberración que cometa EE.UU., es financiada por el resto del mundo. Pongan cualquier ejemplo, Irak si ustedes quieren. Bueno, aquí llegamos a lo que sucede con el cobre, que es determinante en la marcha de la economía chilena. O sea, no es sólo el saqueo, que a mi juicio ya está bien presentado, sino que es determinante para lo que acontezca en el país.

Para tomar el asunto desde otro ángulo, no voy a referirme a las rentabilidades, porque creo que el problema está absolutamente claro. Las rentabilidades son gigantescas según las cifras oficiales, las que entrega Escondida que Manuel nos ha demostrado que debemos verlas con beneficio de inventario. La rentabilidad de Escondida en el primer trimestre, en cifras anualizadas, es de un 164%, que es lo mismo que dice Orlando. O sea, recupera toda la inversión realizada y se queda con un 64% en el bolsillo. El año pasado igual. Si aquí presentamos datos más para atrás, la cantidad de recursos que han acumulado con relación a la inversión realizada, es muy grande. Esto reproduce lo que pasó antes de la nacionalización del cobre. En el período previo a la nacionalización, según cálculos que se han hecho, se llevaron ciento treinta veces la inversión. Seguramente ahora es más. El hecho es que aquí hay un saqueo gigantesco.

Quiero detenerme en dos o tres hechos que están vinculados a la economía, pero más bien terminan teniendo una connotación política.

Este año se puso en marcha un nuevo mineral de Codelco, Gabriela Mistral. Este nuevo yacimiento vendría a amortiguar la menor ley que vienen teniendo los minerales de Codelco en estos últimos años. Cuál es la discusión que hay en el país, cuáles son las alternativas que se barajan. Lo que se está discutiendo es qué porcentaje de Gabriela Mistral se entrega a capitales chinos. Un mineral puesto en explotación por Codelco, desarrollado por personal de Codelco, con fondos del país y después se traspasa su propiedad o parte de su propiedad. O sea, por ese lado no llegamos a ninguna parte, porque desde ese punto de vista, el saqueo del país tiende a profundizarse.

Durante los gobiernos de la Concertación desgraciadamente Codelco ya entregó un mineral, que es El Abra. Por ahí iría el camino de seguir por esta vía. Evidentemente que así no se construye país, no se construye Chile, no se construye una política nacional. Otro ejemplo me lo recordaba Caputo, y yo quiero citarlo. En estos días se puso en discusión y se está considerando por el Gobierno, algo que creo realmente es una vergüenza. Es una opción que tiene ENAMI que viene desde el momento que se traspasó La Disputada de Las Condes. ENAMI es una empresa estatal, igual que Codelco, y quedó con la propiedad de lo que era La Disputada de Las Condes y que ahora es de Anglo América.

Con la propiedad de La Disputada de Las Condes durante la Unidad Popular al comprárselo a capitales franceses, se suscribió un acuerdo que estableció una opción que podía ocupar ENAMI para recomprar parte de la propiedad, no recuperar el mineral. Esa es una opción que reaparece cada tres años y en este año reaparece. Y que está haciendo el Ministerio de Minería. Está estudiando si se acoge esta opción. Pero la opción está de acuerdo a toda la legislación que se ha establecido en la minería. Para hacer uso de ella, ENAMI tendría que pagar todo lo que podría sacarse por esa parte del mineral a futuro, o sea los recursos que generaría. Así llegaríamos al siguiente absurdo: si ENAMI hiciera uso de esa opción, tendría que pagarle a Anglo América más de lo que Anglo América pagó para apoderarse de La Disputada de Las Condes.

Ustedes recordarán que Disputada de Las Condes fue comprada en mil 300 millones de dólares, luego que fuera explotada durante 25 años por Exxon, una petrolífera norteamericana, lapso durante el cual ésta declaró sólo pérdidas.

Eso está dentro de los absurdos de este país. Se compra una empresa que arroja sólo pérdidas en mil trescientos millones de dólares. Esto podemos agregarlo a toda la lista de cosas que aquí se han dicho. Quién cree eso. Cómo va a valer mil trescientos millones de dólares algo que ha arrojado sólo pérdidas. Obviamente, los que lo compran no están locos, para usar las palabras de Manuel. Saben lo que están haciendo. Esto quiere decir que realmente estafaron al país. En qué terminó la autorización que se efectuó. En el pago de una pequeña cantidad que se hizo en el gobierno de Lagos y en el blanqueo de la situación. Y Disputada quedó en propiedad de Anglo América, que es propiedad de capitales anglo sudafricanos. Ese es otro ejemplo de los hechos que se están produciendo. La discusión por el tema del cobre es un problema de hoy.

Un tercer tema: hace pocos días se efectuó un seminario organizado por la Universidad Adolfo Ibáñez y CESCO. El tema era el futuro de Codelco. CESCO es un centro de estudios generado para buscar la privatización de Codelco. Ahí están todos los personajes que mencionaba Manuel. Entonces, la discusión fue cómo abrirle camino a la privatización de Codelco.

En ese mismo seminario el Vicepresidente de Codelco dijo que había que dictar una ley que terminase con otro escándalo que existe, el 10% de las ventas de Codelco va a las FF.AA., que se podría sumar a todo lo que se ha dicho. O sea, si Codelco vende, el 10%, en la practica un impuesto, va a parar a las FF.AA. Pero no sólo a las FF.AA., sino para la compra de armamentos. Ahora, con el precio del cobre tan alto, lo que genera este 10% es gigantesco.

Es mucho más que el gasto en armamento que se está haciendo en el país. A dónde van a parar esos recursos, esos excedentes, o sea lo que no se gasta en armamento. Por lo demás hay una denuncia que proviene de EE.UU., según la cual se oculta la cifra de compra de armamentos, pero ese es otro tema. ¿Qué se hace con estos recursos? Van al superávit fiscal. Pero en el superávit fiscal quedan consignados para usarse sólo en la compra de armamentos; o sea, es una partida que queda fijada, y queda establecida sólo con ese objetivo. ¿Qué planteó el Vicepresidente de Codelco en ese seminario?

Planteó su esperanza de que eso se resuelva. O sea, después de 18 años de gobiernos de la concertación, 18 años después que terminó la dictadura, estamos planteando la esperanza de que termine esa ley. Ayer leí en el diario que todavía no se envía el proyecto que ha anunciado tantas veces, para modificar la ley reservada del cobre, que por lo demás no se está discutiendo en función de restarle recursos a las FF.AA., sino que buscarle otra forma de financiamiento que no sea con cargo a Codelco. Eso viola cualquier principio.

Incluso viola los principios tributarios más elementales. No se le puede cobrar impuestos al señor González y no al señor Pérez, si ganan lo mismo. Tributariamente no se puede, pero aquí sí que se puede. El impuesto lo paga Codelco, y todas las otras empresas, que están obteniendo ganancias fabulosas, no lo pagan. De paso, no estoy proponiendo que lo paguen para destinarlo a la compra de armamento. Propongo que lo paguen para recuperarle recursos al país.

He querido poner ejemplos actuales para señalarles que este es un debate de hoy. Creo que el desafío es transformarlo realmente en un debate, para llegar a los grandes temas, a las grandes soluciones. La gran solución es la nacionalización del cobre, que es lo que planteó Orlando, el camino que se hizo durante el gobierno de Allende. Déjenme recordarles una cosa que se destaca mucho, que la ley de nacionalización fue aprobada por unanimidad. Pero cuando uno escucha eso, que efectivamente fue así, llega a la conclusión que hubo un consenso nacional de todos de los que estaban por la nacionalización y de los que no estaban por la nacionalización. Todos se pusieron de acuerdo.

Si fue por unanimidad, se debió a que fue un movimiento avasallador, contra el que aquellos que no estaban por la nacionalización no pudieron oponerse, y por eso votaron a favor. No es que se haya producido la unanimidad con la reacción chilena, sino que se vio obligada a apoyar la nacionalización.

Ustedes ven que de aquí se sacan enseñanzas. Consignas nacionales que se levanten y sean justas, pueden tomar una fuerza extraordinariamente grande y pueden arrinconar a las minorías que están en contra de los cambios. Pero eso requiere una forma de conducir los hechos del país absolutamente distinta.


Por Hugo Fazio

lunes, 8 de septiembre de 2008

La Crisis, que Velasco Oculta

La desaceleración de la economía chilena, que se manifiesta principalmente en un crecimiento persistentemente por debajo de las necesidades del modelo, de 3,8% del PIB en el primer semestre; una inflación tan inesperada como incontrolada y una reducción en la rentabilidad de las principales empresas favorecidas por la actual estrategia de desarrollo, configura un cuadro de crisis que hizo regresar a las vacas flacas menos de dos años después de que supuestamente le habían cedido la plaza a sus congéneres gordas, lo cual de paso confirma la predicción de ciertas corrientes de la economía política, en el sentido de que los ciclos de la economía capitalista tienden a ser cada vez más cortos, con un techo cada vez más bajo.

Sin embargo, la chilena nos es cualquier crisis, sino una de cuño específicamente neoliberal.

Durante treinta años se ha estado castigando el ingreso de los chilenos, mediante lo que eufemísticamente se denomina “ajuste estructural”, con el objetivo declarado de controlar la inflación. Y una vez que este flagelo vuelve a sentar sus reales, aparentemente para quedarse durante un buen tiempo, los “genios” que administran el actual modelo, no encuentran otro recurso que darle una nueva vuelta de tuerca al ajuste estructural, que consiste, como se sabe, en endosarle el costo de los desequilibrios de la economía a los que viven de su trabajo, a los pensionados y a los consumidores, en definitiva, a las mayorías; lo cual ocultan con tímidas medidas reactivadoras -irrisorias, transitorias y de parche- que el marketing oficial de manera invariable adjudica a la intención de “mejorar el bolsillo de la gente”, las mismas que aún antes de recibir sanción parlamentaria, parten anuladas por otro tipo de medidas, para intentar corregir otro tipo de problemas, que inevitablemente generan presiones inflacionarias.

Por arriba, por el lado de la gran empresa, se traduce en un retroceso en las utilidades, pero utilidades al fin , que como se verá, se niega a compartir hasta en lo elemental.

Por abajo, la crisis se manifiesta en el incremento del desempleo, que volvió a superar la barrera de los 8 puntos porcentuales, a pesar del aumento del número de personas que declara que ya ni siquiera sale a buscar trabajo, pero principalmente con la desesperanzada angustia de los chilenos de a pie por el veloz y sostenido deterioro de su calidad de vida y capacidad de consumo, sin ninguna compensación que no sean bonos de nivel casi ridículo y la eterna promesa de que el “mercado” se encargará de ajustar los salarios a la inflación, lo cual ocurrirá el día en que a las ranas les salga pelo.

En resumen, no sólo regresaron las vacas flacas, sino que está mal pelado el chancho. Sea de coyuntura o de tendencia, lo cierto es que la actual crisis económica no hace sino corroborar el estancamiento relativo del modelo, preludio de su colapso. Pero como demuestra sobradamente la historia, eso no caerá de maduro ni vendrá de modo espontáneo, sin el concurso de una rebelión en la granja, porque como también es sabido, nadie le regala nada a un pueblo que no lucha, sin perjuicio de que el que no llora no mama.

Fintas y amagos

Con una finta contra la sombra, como para demostrar algún tipo de reacción ante la depresión de las expectativas originada por la progresión de la crisis, el opaco Ministro de Hacienda, Andrés Velasco, anunció el enésimo plan fiscal de mil millones de dólares, cuando aún no terminan de implementarse los anteriores; en sus palabras, “un paquete que nos ayuda en la inflación, en el crecimiento, a las pymes, y al bolsillo de la gente".

Básicamente, comprende cinco iniciativas, cuatro de orden tributario y una de fomento. Entre las primeras, una rebaja del impuesto específico a los combustibles; la eliminación del gravamen a determinadas transacciones bancarias; la ampliación del número de pymes beneficiarias de ciertas rebajas impositivas, y un crédito tributario por invertir en calefacción por energía solar. La quinta iniciativa, que no necesita ley, es un fondo de fomento para nuevas energías, por un monto de 400 millones de dólares.

El impuesto a los combustibles baja de 4,5 a 3,5 UTM, que de aplicarse en octubre, una vez aprobado en el parlamento, se traduciría en una baja de alrededor de 36 pesos por litro, tendría una incidencia de 0,25 punto porcentual en el IPC de octubre y un costo fiscal, por menor recaudación tributaria, de unos 220 millones de dólares. Obviamente, la medida no garantiza que una nueva alza en el precio de los combustibles, sea por especulación externa o apreciación del dólar en el orden interno, anule los efectos antiinflacionarios de la rebaja al impuesto específico, como ya ocurrió con la anterior, de 6 a 4,5 UTM, anunciada en marzo pasado.

La segunda medida es casi un chiste. Consiste en que a partir del próximo año se elimina el impuesto a las transferencias electrónicas, cheques, giros desde cajeros y traspasos de fondos desde cuenta corriente Menos que una ayuda efectiva “al bolsillo de la gente”, el sentido de la medida parece apuntar hacia el objetivo de “bancarizar” a los chilenos que todavía no han caído en los sinuosos tentáculos de los bancos e instituciones financieras.

La tercera medida amplió el número de empresas que pueden acogerse a los regímenes de tributación contemplados en los artículos 14 bis y 14 ter de la Ley de la Renta, según los cuales los contribuyentes pueden pagar sólo al retirar utilidades o acogerse a un sistema simplificado de determinación de los impuestos. El límite para hacer uso de estos regímenes se aumenta de tres mil a cinco mil UTM, lo que supone incorporar a unas 26 mil pequeñas y medianas empresas. Una medida que satisface tímidamente la insistente presión derechista en dirección a la baja impositiva, pero irrisoria para efectos de reactivación.

La cuarta medida apunta a otorgar franquicias tributarias equivalentes al total del costo de instalación de colectores solares en viviendas de hasta dos mil unidades de fomento y un subsidio tributario menor para viviendas de hasta 4.500 UF. Interesante como señal en dirección a promover energías sustitutivas, pero del todo irrelevante para efectos de reactivación; lo mismo que puede decirse de la quinta medida, consistente en la creación de un fondo de cuatrocientos millones de dólares para fomentar Energías Renovables No Convencionales, como proyectos hídricos de bajo impacto ambiental, en energía eólica, geotermia, biomasa, mareas y energía solar.

Sin embargo, la principal medida anunciada sotto voce por Velasco en la misma oportunidad, pasó casi de contrabando. Se trata de la reducción del gasto fiscal desde el 8,9% en el presupuesto de 2008, hasta un techo del 6,8% en el presupuesto de 2009; lo cual sumado a la secuencia de alzas en la tasa de interés referencial dispuesta por el Banco Central, que ya se empina a un 7,75% -medidas ambas que apuntan al control de la inflación mediante el “enfriamiento” de la economía- y desde luego, la ausencia de políticas de compensación salarial frente a la ola de alzas en el costo de la vida medido por el IPC, configuran, una vez más, la decisión de los administradores del modelo neoliberal de endosarle el costo de la crisis -y de sus continuos desaciertos- a las mayorías nacionales, por la vía del ajuste estructural.

Medidas contradictorias

Sucede que en un complejo escenario de crisis como el actual, donde coexisten inflación, crecimiento estancado y demanda agregada deprimida, la autoridad económica debe tomar opciones.

El problema es que el Gobierno no hace ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, vale decir, se inclina por la variable monetarista del control de la inflación. Anuncia estos “paquetes” de medidas tributarias que aparte de su efecto marginal, en rigor ni siquiera alcanzan para neutralizar otras medidas, que apuntan en la dirección opuesta, tomadas para resolver problemas distintos. Es, por ejemplo, el caso del dólar. Presionado por el sector exportador, el Gobierno salió a defender el precio del dólar mediante la compra por el Banco Central, de un promedio de 50 millones de dólares diarios.

Por ese lado, logró aumentar su precio desde los 470 hasta los 520 pesos, en promedio. El problema es que el aumento en el precio del dólar tiene simétrico correlato en el alza del precio de los combustibles y de los bienes de primera necesidad de origen importado, muchos de los cuales son alimentos, lo cual a su turno se traduce en nuevas presiones inflacionarias.

Algo parecido sucede con las tasas de interés. Mientras el Banco Central de Chile apuesta a enfriar la economía para contener la inflación, la Reserva Federal de Estados Unidos y la autoridad monetaria de la Eurozona, en procura de reactivar la actividad económica, hacen exactamente lo opuesto, es decir, bajan las tasas, o si se prefiere, el costo del dinero.

El efecto neto es un diferencial que atrae la inversión especulativa, lo cual genera un exceso de liquidez, cuestión que a su turno también se traduce en presiones inflacionarias. El alto precio del cobre es el factor que por un lado revirtió el ciclo a la baja inaugurado por la crisis asiática, pero simultáneamente el que ha depreciado el valor de la divisa, forzando la intervención del Banco Central.

Enfriar la economía por la vía de encarecer el costo del dinero y reducir el gasto fiscal tiene un simétrico correlato en el aumento de los quebrantos de la pequeña y mediana empresa y por ende, de la desocupación.

Ajustar la economía por la reducción salarial profundiza la depresión de la demanda agregada, en la misma medida en que espolea el descontento social.

En suma, si me lo quitan me matan, si me lo dejan, me muero.

Flagelo de doble velocidad

Velasco sabe perfectamente que casi por definición, las medidas contracíclicas se inscriben en el polo del estímulo a la demanda. Pero también sabe sin lugar a dudas lo que significa en Chile ir a contramarcha del abrumador pensamiento único dominante, y en consecuencia, a la hora de la opción, se inclina dócilmente por la visión monetarista y el ajuste estructural.

Una cosa es enfriar la economía por la vía de contraer el gasto público y subir las tasas de interés, pero otra muy distinta es dejar expuestos e indefensos los ingresos de la gente frente al azote de las alzas, el cual no debería existir, si se cumplieran las promesas del discurso neoliberal.

Como se recordará, el Gobierno y la CUT llegaron a un acuerdo que subió nominalmente el sueldo mínimo de los aproximadamente 750 mil trabajadores que lo perciben, en un 9,8%, esto es, de 144 a 159 mil pesos. La inflación de los últimos doce meses ya sobrepasó ese aumento, lo que en términos reales significa que el ingreso de esos trabajadores se deteriorará sostenidamente en la misma medida en que aumente la inflación, hasta junio del año entrante, cuando nuevamente se repita el rito negociador.

Aún más, una de las limitadas y laboriosas conquistas sociales de todo el período de la concertación es la noción de salario base, que en teoría no podría ser menor al ingreso mínimo, y que busca regular los subterfugios del capital para pagar sueldos por debajo de dicho ingreso. Sin embargo, por la vía de la impugnación por secretaría, exigiendo “aclaraciones” de la Dirección del Trabajo sobre la noción de “semana corrida”, el sector de la gran empresa regatea miserablemente dicho levísimo avance, prueba de la inutilidad de la esperanza de que el capital comparta beneficios.

Según cifras de la Dirección del Trabajo, el año 2007, el último con cifras disponibles, sólo 232 mil 667 trabajadores accedieron a algún tipo de negociación colectiva, equivalentes al 6,1% de la fuerza de trabajo.

De la suma de ambas categorías se desprende que alrededor del 80% de la fuerza laboral carece de algún tipo de indexación salarial, al menos de una con fuerza legal, lo cual significa que su ingreso se reduce en relación inversamente proporcional al alza de la inflación. Pero eso no es todo.

Conforme a las características de una sociedad neoliberal, el flagelo de la inflación también tiene una doble velocidad. Mientras más bajo sea el salario, y por consiguiente mayor proporción dedique a la adquisición de productos de primera necesidad, mayor es el impacto de la inflación. De hecho, para los dos primeros quintiles de ingreso, en estos momentos la inflación ya supera fácilmente el 11%.

A modo de ejemplo, el alza en doce meses del grupo Vivienda alcanzó el 13%, el alza del gas de cañería subió en 45% desde enero, mientras que la electricidad ha subido en un 40% en los últimos doce meses.

Para sectores de ingresos medios, el flagelo adquiere la angustiosa fisonomía de deudas de mediano y largo plazo, principalmente hipotecarias o para educación de los hijos, que se van creciendo en relación inversa al deterioro del ingreso.

No tiene justificación ética, política ni técnica que las deudas de las personas estén indexadas a la inflación, es decir, se incrementan simétricamente con ella; y no así los ingresos y salarios, especialmente los de los sectores más vulnerables y desprotegidos, los cuales se deprecian al unísono con, y en la misma medida de, la inflación.

Un indicador comparativo que ayuda a ilustrar la iniquidad del modelo, construido sobre la base de cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, muestra que mientras la inflación a julio de 2008 suma 5,5%, el crecimiento de las remuneraciones medias nominales sólo llega a 3,3%. La diferencia es pérdida neta de capacidad adquisitiva del salario de los trabajadores.

Conciencia y organización

La crisis, que el Ministro Velasco tanto se empeña en ocultar, tiene otros efectos por el lado del trabajo. Por de pronto, con un aumento del desempleo, que se situó en un 8,4% en el trimestre móvil abril-junio, a pesar de que la fuerza laboral disminuyó en 1,8%, lo cual significa que 102 mil personas más que en el trimestre anterior, ni siquiera salieron a buscar trabajo.

En lo que va corrido del año, se han registrado 67 quiebras de empresas, algunas muy significativas, con un total de 2.227 trabajadores afectados, número mayor que la suma de los dos años anteriores.

El problema es que nada indica que las cosas vayan a mejorar, sino todo lo contrario, pues los efectos de las crisis internacional todavía no han llegado a plenitud. De cumplirse los pronósticos del último informe de Latin American Consensus, sólo tres países de la región, Ecuador, México y Costa Rica, crecerían menos que Chile, que lo haría en 3,9%.

En dicho contexto, contraer aún más la economía es una irresponsabilidad social. Pero no es fatal que las mayorías deban aceptarlo pasivamente.

Si desde hace treinta años se viene predicando austeridad para allanarle el camino a las vacas gordas, la crisis actual está demostrado que el modelo de economía abierta, fundado en las ventajas comparativas, fue la peor de de las estrategias de desarrollo que se podía escoger. Y como muestra el comportamiento del contumaz Ministro Velasco, para los administradores del modelo no hay otra solución que no sea el ajuste estructural.

Más que medidas coyunturales, lo que hace falta es una cirugía mayor, es decir, un cambio de modelo de desarrollo. Y eso sólo lo puede lograr una coalición política que represente los intereses de las mayorías. Para eso no bastan conductas testimoniales. Los trabajadores deben afiliarse a sus sindicatos. Y si no hay, tienen que crearlos. Una vez creados, tienen que luchar por ampliar el derecho a negociación colectiva, exigiendo una legítima participación en las utilidades que su trabajo genera. Para los trabajadores del subcontrato u otras formas de trabajo precario, es útil la herramienta del sindicato de eventuales.

Si eso no es posible, incorporarse a organizaciones sociales temáticas o reivindicativas. En todos los casos, estudiar, asesorarse conocer sus derechos. Asimismo, es imprescindible sino incorporarse, al menos votar por partidos o coaliciones políticas de línea principal, que en su programa tengan explícitamente incorporado en su plataforma de lucha, el reemplazo de este modelo económico y político por uno democrático, popular y participativo.


domingo, 7 de septiembre de 2008

Velasco debiera renunciar.

"Después de esto, el gabinete debiera dejar en libertad de acción a la Presidenta"

Juan Antonio Muñoz H.

Fue el primero en votar en contra de que se renovaran las platas para el Transantiago y el primero en proclamar que se debía usar el 2% constitucional. No lo escucharon, y su dramático impulso terminó con que fue expulsado de la DC. Convertido hoy en líder de los disidentes y en presidente del Senado, Adolfo Zaldívar no ceja.

-Usted dijo hace tiempo que el sistema de transporte (Transantiago) era un fracaso, pero ahora estamos ante otro hecho: los ministros no se dieron cuenta de que el modo de financiar que ellos mismos estaban proponiendo era inconstitucional. ¿Cómo reflexiona usted frente a este punto?

-No sé si no se dieron cuenta o fue más fuerte su soberbia y afán de imponer un proyecto emblemático de la cúpula concertacionista que hasta ahora no se ha podido develar en toda su magnitud.

-Una vez que se logre una solución, habrá que exigir una investigación de cómo esto se gestó, cómo y por qué se hicieron los contratos de esa forma, a dónde han ido a parar los millones de dólares que ha costado esta brutalidad. Es la plata de todos los chilenos la que están despilfarrando. Nadie quiere asumir sus responsabilidades, partiendo por el ex Presidente Lagos. Menos, el equipo de gobierno actual, donde aún imponen sus criterios los mismos que indujeron a la Presidenta Bachelet a dejar de lado sus aprensiones y la condicionaron para que le diera el vamos a este crimen social llamado Transantiago.

Los "apernados

-Como presidente del Senado, ¿de qué manera debiera, a su juicio, ser esto sancionado?

-Al más alto nivel. La Presidenta debiera sentirse con plena libertad para pedir explicaciones claras y definitivas, liberarse de cualquier presión político-partidista y adoptar medidas que le permitan convocar a todos a apoyar una solución radical, definitiva y que sólo tenga como norte devolver la normalidad a la vida de todos los usuarios del Transantiago y el Metro.

-Hay quienes piensan que esto amerita una acusación constitucional o la renuncia de algún ministro...

-Creo que una acusación constitucional, en este caso, sólo enrarecería más el ambiente. La primera vez que se abordó este tema en el Senado, y al explicar mi voto en contra, señalé que el camino era el uso del 2% constitucional, llamados decretos de emergencia económica y vigentes desde 1943, y además demandé las responsabilidades políticas de los ministros involucrados, sugiriendo que dejaran en libertad de acción a la Presidenta, renunciando.

-Dado como han evolucionado las cosas, la fuerza de los hechos y cómo la realidad ha terminado imponiéndose, el gabinete debiera dejar el libertad de acción a la Presidenta. Parafraseando a los argentinos cuando la clase política no lograba superar la crisis: era hora de que se fueran todos y le permitieran a la Presidenta buscar soluciones republicanas y de unidad nacional.

-Quienes recomendaron a la Presidenta que recurra ahora al 2%, sin hacer cambios en el gabinete, sibilinamente se "apernaron", como se dice en buen chileno. Se debió recurrir a un nuevo equipo para buscar soluciones de fondo, pues la tentación que existirá será usar estos recursos para seguir justificando lo injustificable y no pueden hacerlo. Los recursos provenientes del 2% sólo pueden usarlos para normalizar la situación, no para financiar permanentemente este desastre. El solo hecho de haber recurrido a él es asumir el fracaso del Transantiago. Lo lógico es entonces dar paso a algo absolutamente distinto. El adecuado uso del 2% y la búsqueda de una solución real debió quedar radicado en otras manos. ¿Qué nos garantiza que aquellos que son responsables de lo ocurrido puedan ir al fondo del problema?

"Lo peor del estatismo-marxista y lo peor del capitalismo-salvaje"

-El ministro Cortázar dice haber hecho todo lo que ha podido...

-El ministro Cortázar ha sido un sofista. Lo que afirmaba ayer lo niegan sus propias palabras actuales; y sus dichos de hoy no dan confianza, pues la crisis se le escapó de las manos. Sólo basta ver cómo se dispararon las cifras del déficit. Y el servicio, a juicio de los usuarios, está igual o peor.

-Acá hubo una concepción superior, una definición de política pública que ha resultado ser un engendro entre lo peor del estatismo-marxista y lo peor del capitalismo-salvaje. Por una parte, la aplicación ortodoxa de una planificación centralizada, de espaldas a la realidad y a los intereses de las personas; y, por otra, la concentración de la riqueza al permitir que las pingües utilidades queden en las manos de unos pocos capitalistas, liquidando de pasada a miles de pequeños y medianos empresarios que conformaban el antiguo sistema de transporte público y que no le costaba un peso al Estado, el que -por cierto- debía ser corregido pero no exterminado.

-¿Usted estaría de acuerdo en que la manera de financiar el Transantiago es a través de una ley para terminar con éste y volver al sistema antiguo mientras se estructura uno nuevo?

-El sistema debe ser intervenido a la brevedad, rescindir los contratos y volver a la malla antigua que cubría todo Santiago, terminar con los famosos transbordos; mantener lo único bueno que tiene este proyecto, que es la tarjeta Bip! y el salario fijo a los conductores, con algún sistema de incentivo para evitar la evasión. Integrar a los antiguos empresarios, varios de los cuales quedaron en la ruina, al punto que algunos se suicidaron. Muchos de ellos hoy tienen sus máquinas arrendadas a los operadores por 500 mil pesos mensuales. La rentabilidad de los operadores hoy día es sobre el 40%, algo nunca antes visto en un negocio del transporte. A estos pequeños y medianos empresarios debiera dárseles créditos blandos a través de Corfo para que renueven sus máquinas con tecnología de punta y altos estándares ambientales, que era la gran crítica que se les hacía.

-¿A pesar de los costos financieros que tendría para el país?

-Los mayores costos los están pagando los millones de compatriotas que son diariamente humillados y tratados como reses, con consecuencias sicológicas de impredecibles consecuencias e incubando una violencia irracional entre las personas.

-¿No le importan los costos políticos que tendría para la Concertación?

-Quien quiera evitar costos políticos jugando con la dignidad de las personas debe ser desenmascarado. La prensa independiente tiene ahí un papel que jugar. No puede ser que todos los responsables pretendan lavarse las manos minimizando la crisis o evadiendo el tema.

Curiosidad socialista

-El uso del 2% constitucional para catástrofes, ¿le sigue pareciendo adecuado? ¿El 2% es para ayudar en imprevistos graves o para solucionar errores de la administración...?

-Cuando la administración es calamitosa y está de por medio la calidad de vida de la población, como es este caso, por cierto que es adecuado. Y lo que sí correspondería es que tales errores sean asumidos y los responsables sancionados. No me parece lógico que sigan en sus cargos ministros que, como el de Hacienda, tuvieron directa responsabilidad en el desastre. El ministro de Hacienda debiera renunciar. Curiosamente, es bajo administraciones socialistas donde se ha usado mayormente este recurso constitucional, y aún más curioso que haya sido para resolver temas de transporte público a partir del propio caos que genera la administración. El caso de la Unidad Popular es más que sintomático: siete veces debieron recurrir al 2% para poder regularizar el transporte.

-Ahora se usará el 2% y la Presidenta y todos los ministros debieron firmar como codeudores solidarios. ¿Implica eso que si se resuelve que el gasto fue mal hecho, los ministros y la Presidenta debieran pagar con su propio patrimonio?

-La Constitución Política da la respuesta. Si se contraviene la adecuada utilización del 2%, todos los ministros son solidariamente responsables del reintegro, sin perjuicio de sus eventuales responsabilidades por el delito de malversación.

La actitud de Lagos

-El ex Presidente Lagos, a través de una radio comunitaria de Conchalí, señaló: "Yo sé que han sufrido un poquito con el Transantiago...".

-Para la crisis de Inverlink, dijo que para qué nos preocupábamos, que era como si se rompiera un jarrón. En lo de Ferrocarriles del Estado y el daño hecho a todas las regiones del sur, parece encogerse de hombros y los suyos tratan por todos los medios de minimizar la volatilización de más de mil millones de dólares. De los sobres con dinero para sus ministros lo salvó la derecha y presionaron a los tribunales de manera escandalosa. Nunca ha respondido de cómo durante su gobierno se produce la mayor concentración de la riqueza, la peor distribución del ingreso y se deja en la indefensión a la clase media chilena. Por qué habría de extrañarme ahora que Lagos trate de eludir su responsabilidad minimizando los hechos.

-Como dice un papelógrafo instalado en el paso bajo nivel de Santa Lucía con Moneda: "La actitud de Lagos tiene nombre... patudez y soberbia".



lunes, 25 de agosto de 2008

El Gigante Egoísta

Inspiradas en el modelo Wall-Mart del magnate Sam Wallton, las empresas que concentran el 70% de la propiedad del sector, tienen pendiente resolver varios problemas. De acuerdo a una investigación que sirvió de base a un duro informe de la Cámara de Diputados sobre las prácticas del mundo supermercadista, D&S y Cencosud aplican dumping laboral, tienen acusaciones de maltrato a sus trabajadores y cobran intereses exorbitantes a los usuarios de sus tarjetas de crédito.

Miguel Paz

Dos razones sociales, D&S y CENCOSUD, concentran el 70% del mercado del negocio supermercadista. Pero lo manejan con más de 160 razones sociales, para restringir la actividad sindical.

El documento de más de cien páginas incluido en el informe final de la Comisión (aprobado en la Cámara de Diputados) es una radiografía al retail y a las grandes cadenas de supermercados que detalla su modelo de negocios, calificado como heredero del empresario norteamericano Sam Walton (calificado como el “inventor” del supermercado moderno) y su cadena transnacional Wallmart, cuestionada en Estados Unidos por maltrato laboral reiterado y por haber barrido con el comercio minorista en las comunas pequeñas donde se instalaron locales de la cadena.

La pesadilla de los chicos
Las cadenas dominantes (Cencosud y D&S) se han caracterizado por ampliarse geográficamente hasta alcanzar la casi total dominación del negocio afectando al comercio minorista, aunque el proceso de concentración de propiedad no es exclusivo de las grandes cadenas de supermercados sino “una característica común a toda la actividad económica de nuestro país, donde el 1% de las empresas chilenas concentra más del 80% de las ventas totales nacionales”, señala la investigación.

El sector ha tenido una progresiva rentabilidad y emplea alrededor de 1,1 millones de personas.
Pero detrás de las cifras y los argumentos de generar sinergias y ahorrar costos con la promesa de precios más bajos para los consumidores, su expansión en las diferentes regiones del país ve “decrecer y morir toda la pequeña actividad comercial aledaña y la tendencia inevitable es el aumento de su participación en el comercio del área y el desaparecimiento definitivo de los comercios más pequeños”.

Algo que es rechazado por representantes de D&S, citados en el informe, que aseguran que un 51,02% de los abarrotes vendidos por la cadena son adquiridos a los proveedores agrupados en la Asociación Gremial de Industrias Poveedoras (AGIP). “Sin embargo –concluye el estudio- esta organización representa sólo el 1,43% de los proveedores, estando conformada por 29 grandes empresas, la mayoría trasnacionales”.

“La mayor parte de los proveedores está sometido a los arbitrios de los grandes supermercados, que les imponen los precios, reciben su mercadería sólo a consignación, les aplican gastos de administración, publicidad y ubicación en los escaparates, les traspasan los costos de las rebajas, liquidaciones o promociones, e incluso de aquéllos vinculados a derrames, pérdidas, antigüedad, obsolescencia o desestacionalidad cuando el producto no se vende. Se estima que entre el 20% y el 25% de los ingresos de los supermercados proviene de los pagos que reciben de sus proveedores”, asegura Gariazzo. Por lo mismo se calcula que 850 mil trabajadores de pequeñas y medianas empresas (Pymes) han quedado cesantes en los últimos cinco años.

El tema pasa, según un proveedor de la cadena Tottus, por exigencias difíciles de sostener en el tiempo para las Pymes. “Cuando abren un nuevo local, nos mandan una factura para financiarlo, sin consultarnos. Y cuando se les ensucia la mercadería la devuelven sin más. Es tremendo, pero uno tiene que aguantar y agachar el moño, porque si no nos quedamos sin nuestros principales clientes”, explica. Además los pagos a fecha, con períodos de espera de hasta 90, 120 y más días, pueden hacer colapsar los planes de pequeños proveedores. De hecho, en un informe sobre las Pyme citado en la investigación de la Cámara de Diputados “se indica que la mayor dificultad que enfrenta el sector no son las deudas tributarias y previsionales, sino las condiciones que imponen los grandes clientes”.

Dumping laboral y denuncias de maltrato

El modus operandi detrás del uso de diversas razones sociales, conocido como rutificación, usado en mayor medida por D&S, holding de propiedad de Nicolás y Felipe Ibáñez.


El uso de múltiples razones sociales ha sido cuestionado por Bernardo Matte, presidente de Colbún y miembro de uno de los tres grupos económicos más importantes del país. “No es razonable que una empresa tenga 150 RUT”, dijo en una entrevista de fines del año pasado, en directa referencia a D&S, compañía que tiene cien razones sociales más que Cencosud, de propiedad de Horst Paulmann.

Uno de los consultados contó que denominaban este modelo como “la santa yapa”, “porque se va un trabajador full time y llegan dos o tres part time por el mismo sueldo, lo cual debilita al movimiento sindical”.

El modelo part-time, establecido originalmente como una labor remunerada para estudiantes, asegura el informe, es usado en muchos casos para contratar con menor sueldo a empleados que han sido despedidos de los mismos supermercados. Si un recepcionista gana 441 mil pesos en Economax, el empresario lo despide y luego lo contrata por un sueldo de 180 mil pesos.

El trabajo de los empaquetadores, en muchos casos niños y jóvenes menores de edad que están en situación de precariedad laboral. En su agenda legislativa, el ministerio del Trabajo tiene un proyecto que buscará normar la contratación infantil para resguardar los derechos y deberes de los empaquetadores que apenas trabajan por la propina, sin resguardo ante accidentes laborales.

En síntesis, “al igual que en el modelo Wall-Mart, las cadenas nacionales señaladas pagan directa o indirectamente salarios muy bajos y externalizan a la comunidad costos laborales, de seguridad social, de desechos y desperdicios”, asegura la investigación. Es la cifra negra de las ganancias anuales, que la pagan trabajadores y clientes. Estos últimos son el otro eslabón de la cadena.

Tarjetas, cuotas y sobrendeudamiento

Como en la práctica los grandes del rubro funcionan como megamercados con operaciones a gran escala, que venden todo tipo de productos (vestuario, bicicletas, línea blanca, marcas propias, computadores), expandiéndose al negocio de los seguros, agencias de viajes y los servicios financieros, la competencia se hace virtualmente imposible para el comercio al detalle, debido a los bajos precios y la oferta indiscriminada de crédito para consumidores no aceptados por el sector bancario y que debido a sus bajos sueldos sobreviven a costa del endeudamiento.

Según el informe “las tiendas prácticamente obligan a los consumidores a tener tarjeta de crédito, amarrando a éstas promociones y rebajas o vinculándolas a otras compras. Las posee casi el 80% de la población consumidora y pagan tasas de interés anuales de entre 40 y 60%. (Pese a que) las cadenas reciben del sistema financiero créditos con tasas de interés como máximo de un 7% anual. Por lo tanto, aunque estas cadenas no vendieran nada, ya tendrían ganancias sólo por el costo del dinero”.

Además, se aplican cargos fijos por administración y mantención de las tarjetas de crédito de casas comerciales y supermercados “que fluctúan entre los $ 495 mensuales o $ 5.940 anuales y $1.706 mensuales o $ 20.472 anuales. Así mismo, la mitad de las tarjetas efectúan cargos por cada transacción o compra realizada”.


“Aunque su orientación primitiva fue netamente comercial, enfatizando la alta rotación de inventarios y la mantención de elevados índices de liquidez (privilegio del pago al contado), desde la década del 1980 el negocio del retail fue derivando hacia la venta a crédito y la obtención de ingresos adicionales por intereses y comisiones. Es decir, se evolucionó desde la actividad comercial hacia la financiera”, concluye la investigadora.