domingo, 19 de agosto de 2007

El reino de la desigualdad

Cada vez son menos los que creen el cuento de que un crecimiento de la economía por sobre el 6%, es bueno para todos los chilenos.
La vida ha demostrado brutalmente que el crecimiento va por un lado y el desarrollo del país, por otro. Mientras unos pocos ven crecer sus haberes en 100% o más, muchos otros no tienen ningún haber que se pueda incrementar.
Verdades de este estilo se escucharon en el foro “Construyendo igualdad: ¿Continuidad o ruptura?”. Esas verdades, por ser pan de cada día para la mayoría del país, están lejos de ser revelaciones, pero no es común oírlas públicamente en boca de dirigentes de la propia Concertación.

EL COMPROMISO DE CURANILAHUE
“Durante los gobiernos de la Concertación no se ha avanzado en absoluto hacia una mayor igualdad”, afirmó Roberto Pizarro, recordando, de paso, que esa fue una de las promesas olvidadas de la campaña presidencial de Ricardo Lagos. Incluso citó palabras pronunciadas por “el candidato Lagos” en Curanilahue: “Mejoraremos la distribución del ingreso fortaleciendo las oportunidades de los que han quedado rezagados.
Apoyaremos las Pymes, la capacitación de los trabajadores, el desarrollo de las zonas atrasadas y el mejoramiento del poder de negociación de los más débiles. El reto que asumimos ahora es la lucha contra las desigualdades”.
El reto le quedó grande a la Concertación. Si bien Pizarro reconoció que la desigual distribución de los ingresos se arrastra por décadas, agregó que ésta se profundizó a partir de 1974 con la implementación del modelo neoliberal. “Y entre 1990 y 2000 incluso empeoró”, dijo. Las cifras son claras: en 1990 los ingresos autónomos del decil más pobre correspondían a 1,4% y los del decil más rico, a 42,2%, y en el 2000 eran de 1,1% y 42,3%, respectivamente.
Chile figura entre los doce países del mundo con peor distribución de ingresos, según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD (2003) y el Banco Mundial, “lo que contrasta con ser un país de gran libertad económica y bajísimo riesgo país”.
Lo preocupante de esta situación, sobre todo porque la igualdad está estrechamente ligada al ejercicio de derechos humanos y sociales fundamentales, y a la libertad para elegir entre diversas opciones. “Los males sociales, como la delincuencia, la drogadicción y el narcotráfico, tienen alta correlación con la diferencia de oportunidades en la vida entre una persona que vive en La Dehesa y otra que vive en La Pintana”, señaló.
¿Cómo atacar el problema?
Roberto Pizarro cuestionó la visión predominante en la derecha, el centro y parte de la Izquierda, en el sentido que más y mejor educación es la palanca para que las personas salgan del círculo de la pobreza y superen por sí solas las inequidades.
Demostró, con números, las cada vez más abismantes diferencias de recursos y resultados entre las escuelas municipalizadas y las privadas.
Por ejemplo, la prueba Simce 2003, aplicada a los segundos años de enseñanza media, ratificó que se mantiene intacta la brecha que separa a unos de otros: nada menos que 65 puntos de diferencia en castellano y 87 puntos en matemáticas. Sólo cinco colegios municipalizados se encuentran entre los 200 establecimientos con mejores puntajes en la prueba de admisión universitaria (PSU).
“O sea, la calidad educacional es mala, pero no para el 8,5% de los niños ricos que estudian en los colegios privados. ¿Y cuál es la gran diferencia? En esos colegios el gasto por alumno es de 2.772 dólares al año, mientras el gasto público es apenas de 600 dólares anuales por estudiante. Es decir, cinco veces menor. Por lo tanto, los mejores profesores, la mejor infraestructura y los mejores materiales están en los colegios privados”
También se refirió a la forma en que se expresan las desigualdades en todas las esferas de la sociedad, salud, previsión, cultura, medios de comunicación -comenzando por la TV-, y a la situación debilitada del movimiento sindical y su desmedrada capacidad de negociación.
Al mismo tiempo, mencionó otros factores de desigualdad que deberían ser revisados, como la institucionalidad económica y social, que puso fin a la aspiración de igualdad -vía sistemas solidarios- en salud, educación y previsión al cambiar las políticas sociales universales por políticas focalizadas.
A eso se agrega la apertura indiscriminada de la economía, que se ha traducido en una enorme concentración de la riqueza, por un lado, y en el descalabro de la micro, pequeña y mediana empresa, por otro. Este proceso, favorecido por la falta de regulaciones, también incide en lo político debido a los muchos lazos que se tejen entre el sector empresarial y funcionarios del Estado.En su opinión, la única manera de equilibrar realmente la balanza es traspasar recursos de los más ricos a los más pobres, mediante una reforma tributaria progresiva que permita al Estado recibir mayores aportes de las empresas.
Y, además, volver a la universalidad en las políticas públicas; fortalecer los sindicatos y otras organizaciones del mundo social, incluso entregando aportes del Estado con ese propósito; apoyar a las Pymes a través del Banco “del” Estado (es decir, retomando su antiguo nombre y función, etc).
“La profunda desigualdad no resiste más en Chile”, concluyó Pizarro.

TEMA POLITICO
Los comentarios fueron diversos, pero no contradictorios. El rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, se refirió al contrasentido del modelo económico chileno que presenta buenos niveles de crecimiento, pero fracasa en disminuir la brecha social.
Precisó que la desigualdad actúa como un techo para el crecimiento. Mencionó, junto a las grandes inequidades salariales, la desigualdad entre las regiones y entre hombres y mujeres. Y recalcó que “este no es un tema económico, es político”.
Raúl de la Puente se planteó por el cambio del modelo neoliberal, que ha acentuado la desigualdad a nivel mundial. Afirmó que la educación perpetúa la mala distribución del ingreso, y responsabilizó a la legislación laboral de haber debilitado y destruido la capacidad de negociación del movimiento sindical.
Señaló que el camino para un nuevo sindicalismo y un nuevo movimiento social es cuestionar y actuar contra los centros de poder. “Hay que ir más allá de las reivindicaciones corporativas para pronunciarse sobre los grandes problemas nacionales y del mundo”, dijo. En ese sentido, rescató los últimos planteamientos de la CUT, Anef y del Foro Social Mundial.
Para Jorge Arrate, “la inequidad es un tema económico-social, político y cultural que requiere un conjunto masivo de medidas”, lo cual demanda un esfuerzo colectivo. En ese sentido, propuso formar “un gran pacto nacional por la igualdad” que vaya más allá de los partidos.“¿Para quién ha gobernado la Concertación durante todos estos años, a la luz de los registros mencionados aquí, que tienen que ver con la distribución del ingreso y los niveles de equidad? ¿Cuál es el sentido de proyectar la Concertación tal cual la conocemos hoy?”, preguntó Carlos Ruiz, de La SurDA, luego de analizar las transformaciones gestadas por la dictadura y profundizadas por la coalición gobiernista. “La Concertación fracasó en devolverle a esta sociedad la humanidad perdida en las últimas décadas, a partir de la experiencia autoritaria”, afirmó. Y añadió que el desafío inmediato es la constitución de una nueva fuerza social y política, para volver a pensar en otro modelo de sociedad. Se precisa un esfuerzo de articulación en una alianza amplia, no sólo contra el neoliberalismo, sino también contra el ordenamiento político actual, en particular el binominalismo. “De lo contrario, poco vamos a avanzar más allá de la crítica en la tarea de la equidad, la democracia y otras cruzadas que tenemos por delante”, sostuvo.
Carlos Altamirano destacó el enorme desarrollo que ha tenido la derecha en todo el mundo -a nivel de partidos, instituciones, Iglesia Católica, etc.-; el atraso cultural de Chile que se refleja, especialmente, en el conservadurismo con que se abordan temas como la eutanasia, el aborto y la anticoncepción, y la desigualdad constitucional mediante la cual “los militares eligen cuatro senadores, la misma cantidad que eligen en Santiago cinco millones de ciudadanos”.
También insistió en la necesidad de crear fuerza política con capacidad para hacer la “gran reforma intelectual y moral de este país. Mientras no exista fuerza política, toda apelación a darle más cabida a las Pymes, etc., no tendrá mayor asidero -dijo-.
El gobierno de la Concertación asumió íntegramente el proyecto neoliberal; dudo que exista un país que aplique una política neoliberal más extrema que Chile (...)
Por eso, lo fundamental es crear esa fuerza política, incluso de orden testimonial, aunque no se alcance el poder (...), una fuerza que pueda ir abriendo en el país una perspectiva distinta a los chilenos”.
Y agregó: “Como Concertación, somos retaguardia de la historia”.
También criticó a quienes eran de Izquierda y hoy aceptan totalmente el modelo neoliberal. En su opinión, “la real vanguardia del pensamiento político no está en los partidos, sino en los grandes movimientos sociales mundiales, feministas, ecologistas, de derechos humanos...” a partir de los cuales se puede ir configurando una nueva perspectiva histórica... Y así. Todo partió con la desigualdad que consume al país, y que no tiene nada de casual. Queda claro que tampoco se llegará a la igualdad por mera casualidad


Inequidades por mil
CONCENTRACION PATRIMONIAL (favorecida por la escasa regulación y la debilidad de las políticas hacia las Pymes):- Entre las mayores fortunas del mundo (Revista Forbes) aparece Chile con tres representantes: Andrónico Luksic (subió del N° 256, en 2002, al N° 140, en 2003), Eliodoro Matte (N° 176) y Anacleto Angelini (N° 205). - Sólo 16 grupos económicos explican el 80% del PIB.
MAS CONCENTRACIONES...- Cuatro bancos dominan el sector financiero: Colocaciones Banco Chile (18%), Santander (24%), Crédito e Inversiones (11%) e Hipotecario (7%).- Siete AFP (de 20, en 1993) manejan los 45.000 millones de dólares que capta el sistema privado de previsión.- Tres grandes tiendas (Almacenes París, Falabella y Ripley) dominan el mercado.
Y MAS DESIGUALDAD...- Las Pymes representan el 80% del empleo, pero no hay políticas que las sustenten realmente.- La participación de las ventas de las micro, pequeñas y medianas empresas disminuyó de 27%, en 1994, a 22%, en 2001.- La banca les cobra altas tasas de interés, y no se benefician ni con la baja de las tasas del Banco Central ni con el “bajo riesgo país”.- Las tres grandes tiendas, junto con los supermercados, ahogan a las Pymes proveedoras mediante cobro de publicidad, traspaso de riesgos y costos... Reproducen la desigualdad cobrando varias veces más a la gente de menos recursos mediante tarjetas de crédito con altos intereses (65% en promedio). Así, Falabella se convirtió en banco. Y Sernac reclama infructuosamente...
SALUD PARA RICOS Y PARA POBRES- La mortalidad infantil en Puerto Saavedra es 14 veces más alta que en Vitacura. Y en la comuna de Independencia, es 7 veces más alta que en Vitacura.- Las expectativas de vida son entre 10 y 20 años menores en las comunas pobres, en relación con las ricas.- Dos tercios de las horas médicas se invierten en el sistema privado, que da cobertura a menos de un tercio de la población.- Fonasa tiene varias veces menos recursos que las isapres y da cobertura al 80% de la población.- Los gastos de administración en el sector privado son varias veces más altos que en el sistema público. Y no cubren a los pobres, a los ancianos ni a las personas con enfermedades catastróficas. Para peor, a las mujeres les ponen trabas escandalosas (“planes sin útero”)
27 de mayo de 2004

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